Estas nuevas bandejas, a partir de poliestireno biodegradable, se convierten en dióxido de carbono (CO2), biomasa y agua (H2O) o metano (CH4) cuando están en contacto con microorganismos, es decir, materia orgánica (compost), y existe un ambiente favorable para que se produzca la biodegradación, ya sea en un ambiente anaeróbico (sin presencia de oxígeno), como aeróbico (con presencia de oxígeno). Durante este proceso, el poliestireno se oxida rápida y completamente, dando lugar a estos productos no contaminantes y totalmente compatibles con el medioambiente. Además, con la biodegradación, el plástico no se fragmenta, ya que no es oxodegradable.
Todos los polímeros son biodegradables debido a su naturaleza, pero su principal problema es que necesitan un largo periodo de tiempo para que se produzca su biodegradación. En el caso del poliestireno extruido o pórex es necesario al menos un periodo de tiempo de 500 años, tal y como indica la asociación americana Environment Action Association (NYC, EE. UU.). Con la bandeja de pórex biodegradable desarrollada por Bandesur se consigue aumentar la velocidad de biodegradación en, aproximadamente, 100 veces, por lo que nuestros envases se biodegradan en cortos periodos de tiempo, comparados con los tradicionales. Para que se produzca la biodegradación, el envase debe encontrarse en contacto con materia orgánica y en el ambiente adecuado, solo de este modo se activan las enzimas presentes en el plástico, que interaccionan entre el medio y el poliestireno, produciendo una biodegradación acelerada. Este proceso acelerado es totalmente compatible con los ambientes o atmósferas existentes en los vertederos, con los ambientes marinos o acuosos, donde el plástico convencional supone un gran problema de contaminación. De este modo, el poliestireno cierra su ciclo y vuelve a la naturaleza en forma de compost.
No hay que olvidar, que los envases de poliestireno no dejan de ser plásticos y son 100% reciclables, por lo que es muy importante darles una segunda vida tras su uso. Para conseguir que el poliestireno del envase tenga una mayor vida útil, las bandejas de pórex biodegradables deben ser desechadas al contenedor amarillo, para que así sean tratadas en plantas de selección y reciclaje. De este modo, el poliestireno tendrá una nueva vida en forma de perchas, mobiliario urbano y parques infantiles o materiales para la construcción, según indican las fuentes: ANAPE, Ecoembes y Cicloplast.
Cabe destacar que estas nuevas bandejas, destinadas al envasado de alimentos, mantienen las mismas prestaciones que las bandejas tradicionales de pórex. Esto las hace idóneas para envasar pescados, carnes, frutas o verduras, de modo que no se vea alterada la vida útil de los productos envasados y sin que se produzca ningún deterioro en el envase. Su alta rigidez y resistencia al impacto, las convierte en un sistema de protección del alimento perfecto, a la par de sostenible, pues presentan una cantidad reducida de plástico, ya que en su composición contienen un 95% de aire. Esto implica un peso mucho más reducido que cualquier otra alternativa de packaging del mercado y por este motivo, presentan una huella de carbono muy reducida, siendo por ello más respetuoso con el medioambiente que sus principales competidores, más pesados.
Un desarrollo de Bandesur para un mundo más sostenible.