La Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX) ha celebrado asamblea general ordinaria en la que, entre otras cuestiones, se ha mostrado la preocupación del empresariado de la región por los síntomas que apuntan a una pérdida de dinamismo de la actividad económica.
En la reunión, con presencia de representantes de las organizaciones y asociaciones que forman parte de CREEX, también se ha analizado la intención del Gobierno de subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). En este sentido, el sector hortofrutícola, representado en Extremadura por AFRUEX, ha apuntado que este incremento puede suponer un grave lastre para el campo, al suponer un nuevo alza de los costes.
Por ello, desde CREEX se ha señalado que se seguirá defendiendo la propuesta planteada por CEOE a nivel nacional, esto es, subida del 4% pero condicionada a que en el sector agrario se acompañe de una bonificación del 20% en las cuotas sociales y que además las empresas y autónomos que tengan contratos públicos de obra, servicios o suministros en vigor puedan compensar en dichos contratos este alza del coste. Según ha señalado el Secretario General de la CREEX, Javier Peinado, “de no darse estas dos condiciones, y tal y como ha resaltado el representante de los agricultores extremeños, se produciría un grave quebranto en las campañas agrícolas y la quiebra de muchas empresas adjudicatarias de contratos públicos”.
El empleo resiste, al menos parcialmente
Profundizando en el tema de la pérdida de dinamismo de la economía, Peinado ha apuntado a la desaceleración de la actividad que se nota ya en el PIB, el mantenimiento de una inflación elevada y cierta ralentización del empleo, “aunque el mercado laboral sigue teniendo un comportamiento más favorable, con un ritmo de desaceleración menor que el resto de indicadores”.
En todo caso, el dirigente de la única organización que representa a todo el tejido productivo extremeño ha matizado que, si bien se sigue creando empleo neto, “si atendemos al total de horas trabajadas aún no se han recuperado los niveles prepandemia, es un empleo a menos horas con más gente trabajando, con lo que la productividad del factor trabajo no tiene el impacto que debería en el PIB”.
Por lo que se refiere a otra gran preocupación, la inflación, Peinado ha señalado que la previsión es que cierre el año en el 6,1%, aunque la media del año será del 8.6%. Para el próximo año se prevé una inflación media del 4,8%. “Aquí hay un problema añadido, y es que la inflación subyacente no cede al haberse trasladado los costes de la energía a los precios, con lo que avanzamos hacia un escenario de inflación subyacente más persistente y que iguale la inflación general”.
Deuda inasumible
Otro elemento que preocupa, especialmente para la economía española, y por tanto extremeña, es que a pesar de haber aumentado la recaudación fiscal entre un 28% y un 34% en impuestos como IVA, IRPF o Sociedades, “lo cual es una brutalidad”, la deuda pública no solo no se atenúa sino que crece.
Esto mientras los bancos centrales, aunque parece que han suavizado el ritmo de subida de tipos, ya los han incrementado al 2,5%. “¿Qué va a pasar si la desaceleración hace que el crecimiento del PIB pase del 4,8% al entorno del 1%? Tendremos un gran problema para financiar la deuda, y esto sería un golpe durísimo a la economía”, concluye Peinado.
En la asamblea también se ratificaron las cuentas del ejercicio y los presupuestos de 2023 y se respaldaron las candidaturas de las organizaciones adscritas a las Cámaras de Comercio.