Miles de pequeños empresarios desean comerciar y no saben cómo, otros tantos lo hacen pero con inseguridad creyendo que lo pueden estar realizando mal. Muchos de ellos no cuentan con la formación necesaria, y otros tantos la buscan recurriendo a manuales farragosos con los que acaban obteniendo muchos conocimientos pero de forma inconexa y academicista, en el mal sentido del término.
Personalmente, les recomiendo a todos ellos que continúen formándose pero que lo hagan de forma adecuada. Autoformarse en comercio internacional es muy complejo y si, por el contrario, recibes formación ajena, decisión acertada, debes elegir muy bien a tus formadores.
No pretendo enumerar aquí una recomendación sobre las mejores escuelas de formación en asuntos comerciales. Por el contrario, creo que para todos los que os sintáis así será positivo acompañar vuestra formación profesional con lecturas amenas pero prácticas. Para ello, lo mejor es la literatura. Una buena novela aporta grandes conocimientos y divierte, ayudando a cogerle el gusto al comercio internacional; ámbito que desde mi punto de vista debe gustar para trabajar en él, de lo contrario puede volverse una auténtica pesadilla.
Aquí van mis recomendaciones:
Con La palma del indiano, de Santiago Blasco, os acercareis a una familia gaditana del siglo XIX dedicada al comercio negrero que se siente amenazada por el aumento de la presión internacional para erradicar la trata de esclavos. Su negocio está en peligro y finalmente deciden emigrar lo antes posible a Cuba, lugar donde mantiene magníficas propiedades e importantes contactos empresariales. Una lectura interesante para entender la importancia de la política internacional sobre las decisiones empresariales y la relevancia de las relaciones personales a la hora de hacer negocios.
La República de los sueños, escrito por Nélida Piñon, permite visualizar cómo un emigrante en su país de destino, Brasil, construye industrias, obtiene propiedades y crea comercios. También se observa cómo después de un éxito puede llegar un gran fracaso; tanto el triunfo como la frustración como parte de la naturaleza del emprendedor y del empresario. Ante la falta de oportunidades en España, salir a otro continente e iniciarse desde cero en otro mundo desconocido puede llegar a ser una gran experiencia.
Por último, con Mi viaje alrededor del mundo, de Francesco Carletti, entramos en la vida de un joven florentino al que su padre envía a Sevilla a los 18 años para que aprenda el oficio de comerciante. Sevilla es, a finales del siglo XVI, el emporio del comercio mundial, y ningún sitio mejor que la ciudad para convertirse en un gran mercader. Movido por su deseo de hacer negocios fue comerciante de múltiples mercancías. Tras años de viajar de un continente a otro regresa a su Toscana natal después de haber viajado de Cabo Verde a Lima, de México a Nagasaki pasando por las Molucas, para seguir vía Macao y Goa, hasta Holanda, Francia e Italia. Estuvo encarcelado en Colombia y en China, y fue testigo de un motín a bordo de un barco en Japón. En la Isla Santa Helena es capturado por corsarios holandeses, que le robaron toda su fortuna. Viajero curioso e imparable, cuando regresa a su país está completamente arruinado, pero cargado de miles de experiencias que resume en unos escritos destinados a informar a su protector de todas sus peripecias. Pocas veces hemos tenido la ocasión de conocer las impresiones de los comerciantes, de los que realmente creaban riqueza con sus trueques, su tráfico y su comercio. Sólo por esto vale la pena conocer este maravilloso libro que describe la primera vuelta al mundo de un comerciante, hace más de 400 años.
Que disfruten.