Ametic ha señalado que la baja de los grandes operadores de telecomunicaciones y algunos de sus proveedores de la patronal tecnológica es «un paso lógico» en la economía digital en línea con lo que ocurre en otros países europeos e incluso ha asegurado que con su marcha la asociación «gana flexibilidad» desde un punto de vista operativo.
Ametic ha emitido un comunicado en el que aborda la nueva etapa que emprende después de que la Asamblea General decidiera rechazar la reforma de los estatutos para establecer un sistema de voto ponderado en función de la cuota y mantener el esquema «una empresa, un voto».
«Aunque el espíritu de Ametic era y sigue siendo integrador, posiblemente se ha dado un paso lógico, diferenciando a los operadores de telecomunicación, acompañados por algunos de sus suministradores, del amplio ecosistema de la economía digital, tal y como sucede en el resto de Europa», incide.
Ametic afirma que han hecho «lo posible» por mantener la integridad de la asociación, pero incide en que han sido estas empresas las que han decidido marcharse. «Los asociados, por su parte, han decidido no ceder a las aspiraciones de una minoría y continuar, con esfuerzo y sacrificio, la ya larga historia de 43 años de nuestra asociación», agrega.
Sin embargo, remarca que Ametic «sigue abierta a todos» y «no establece vencedores ni vencidos». Así, considera que los asociados que se marchan lo hacen para establecer una defensa de sus intereses particulares en materia de infraestructuras y servicios de comunicación desde una posición de utilities.
En este sentido, añade que ahora quedan por un lado las grandes multinacionales del sector de las telecomunicaciones y, por el otro, una asociación «que representará la pluralidad de la economía digital, la innovación, la educación digital y la transformación digital de los sectores productivos, de las administraciones públicas y de la sociedad en general».
Asimismo, defiende que desde un punto de vista operativo la asociación gana flexibilidad para mejorar su apuesta-país y refuerza su compromiso con el crecimiento de la economía, con la inversión en innovación, con la industria y con el empleo.
Además, agrega que al mismo tiempo el regulador gana foco a la hora de identificar a las empresas de infraestructuras de telecomunicación en un ámbito separado de Ametic, pudiendo diferenciar políticas de impulso a la economía digital de los aspectos meramente regulatorios del mercado de las telecomunicaciones.
LECCIÓN DE DEMOCRACIA
Por otro lado, la patronal tecnólogica señala que con su decisión de no reformar los estatutos los asociados han dado una lección de «democracia ante una inquietante deriva monopolística de quienes han considerado que los únicos representantes del sector son ellos y han pretendido acaparar todo el protagonismo en una asociación rica y diversa».
Asimismo, afirma que supone una muestra de «dignidad e integridad» por parte de los socios de Ametic, ya que han negociado hasta el último minuto «con máxima generosidad frente a la intransigencia de los que en minoría pretendían gobernar de manera absoluta».
En esta línea, añade que ha sido una muestra de «firmeza, elegancia y discreción» frente a los continuos incumplimientos del deber de confidencialidad y asegura que, mientras que un grupo de empresas ha establecido una estrategia de desprestigio como apoyo a sus aspiraciones, los asociados se han mantenido concentrados y han evitado generar controversia pública.
Ametic remarca que también han dado una lección de «espíritu empresarial e industrial» en apoyo de principios elementales de libre comercio, mostrando su compromiso con las estrategias de desarrollo del Mercado Único Digital Europeo y los objetivos de la Agenda Digital, frente a «intereses puramente regulatorios y de control de la relación con la Administración y con la política por parte de empresas concretas».
Por último, afirma que los asociados también han dado una lección de identidad, pues con la salida de las operadoras de telecomunicación de mayor tamaño Ametic queda estructurada al estilo de las patronales europeas del sector TIC, donde el mundo de las infraestructuras, «con sus intereses particulares», queda separado de las empresas que realmente impulsan la economía digital.