Durante los últimos años las ventas online se han disparado. De hecho y solo respecto del año pasado, el comercio electrónico ha crecido más de un 25% y se estima que mueve más de 30.000 millones de euros. Actualmente, además, son 17 millones de personas las que compran a través de la red, un 56% de las cuales lo hace desde su smartphone. ¿El motivo? La comodidad de adquirir productos desde casa, la opción de comparar fácilmente, y los descuentos.
Por desgracia, y tal y como indica comparador de seguros Acierto.com, en este contexto también han proliferado otro tipo de “iniciativas”: los fraudes online y los ciberataques. Tal es así, que estos han crecido hasta un 140% en dos años; y no solo eso, sino que el tipo de víctima ha ido evolucionando: ahora las pymes también forman parte de los objetivos de los ciberdelincuentes. Los datos cobran especial relevancia en pleno Amazon Prime Day; un día muy esperado por los adeptos a la plataforma que cada año dispara las ventas de la firma y de los vendedores que en ella operan. Pero, ¿es posible disfrutar de él con seguridad?, ¿qué pautas básicas podemos poner en marcha para comprar online sin peligro?
Cómo comprar online con seguridad
Afortunadamente, comprar con seguridad en la red es posible si tomamos una serie de precauciones.
– Para empezar es fundamental comprobar a quién se le está comprando. En el caso de Amazon existen numerosos vendedores externos cuyas reviews conviene leer, especialmente si observamos que su número es escaso pero que, no obstante, cuenta con buenas referencias. Si observamos que son variadas, que existen fotos de los productos, etcétera, será buena señal.
– Más allá de Amazon y en términos generales, resulta básico revisar la URL del site, si cuenta con el protocolo de seguridad HttpS, si existe información sobre él online, etcétera.
– Las suplantaciones de identidad, asimismo, se encuentran a la orden del día, especialmente a través del correo electrónico. Aquí lo más habitual es encontrar una letra cambiada de sitio o similares, logos antiguos, etcétera. Otro “gancho” frecuente es enviar un supuesto correo de seguimiento de un producto con un archivo adjunto repleto de malware.
– Y si hablamos de fraudes, hay que tener especial cuidado con los chollos re-enviados de forma masiva por WhatsApp y aplicaciones de mensajería instantánea similares. La Unidad de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil suele estar al tanto de esta clase de delitos, de manera que suele bastar con introducir el nombre de la promoción en Google para cerciorarse.
– Nuestra conexión y equipo -con las actualizaciones y sus parches de seguridad pertinentes instalados- también deberían ser seguros, así como nuestra contraseña -no la guardaremos jamás-. Por desgracia, y tal y como apuntan los datos del comparador, el 90% de los internautas españoles ignora cómo crear una clave segura, y hasta el 40% tiene problemas cuando intenta restaurarla. Lo preocupante del caso es que solo el 8% es consciente de su ignorancia y que más de la mitad se han visto afectados por un virus informático.
Cómo actuar si compran con tu tarjeta
– Otras de las cuestiones que tendremos que analizar son las plataformas de pago, las condiciones de envío y devoluciones de la página. Respecto a estas primeras, la mayoría de ecommerce ofrecen la posibilidad de utilizar PayPal. Y deberíamos consultar los movimientos de nuestra cuenta. En todo caso y si ya han comprado con nuestra tarjeta, existen soluciones.
– Lo primero será informar al banco de los cargos fraudulentos que hayamos detectado para que la bloquee. Es posible que podamos hacerlo nosotros mismos online, incluso de forma temporal.
Además, ciertas entidades financieras se hacen cargo de los gastos que ha ocasionado el delincuente que nos ha robado la tarjeta de crédito, aunque con un límite. Si lo superan, el cliente tendrá que correr con la cantidad restante. La nueva Visa Barclaycard, la Visa oro ING Direct y la Tarjeta bancopopular-e son algunas de las que ofrecen esta opción. “Esta situación también puede estar cubierta en algunos seguros de hogar, incluso si el fraude se ha producido porque nos han robado el bolso del coche en un semáforo, por ejemplo”, explica Carlos Brüggemann, cofundador del comparador de seguros Acierto.com.
Otros consejos para aprovechar el Amazon Prime Day
– Al margen de lo dicho, algunos usuarios se muestran recelosos respecto de las variaciones de precio en la plataforma. Sin embargo, existen algunas herramientas y extensiones para el navegador -como Keepa y Camelcamelcamel- que permiten monitorizar estas oscilaciones, crear alertas y que muestran el historial de precios de un producto en la plataforma.
Google Shopping también nos permitirá comparar antes de dejarnos llevar por los precios de Amazon y ordenar por precio. E incluso otra alternativa dentro de la propia Amazon será acudir a las ofertas que se encuentran vigentes por tiempo limitado (más allá de las 36 horas del Prime Day).
¿Qué pasa con los ecommerce?
Pero, más allá de los consumidores y tal y como decíamos, ¿qué pasa con los ecommerce?, ¿cómo pueden protegerse ellos? “De la misma manera que las tiendas físicas son conscientes de la importancia de contar con un seguro que se haga cargo ante cualquier incidente, son cada vez más los ecommerce que apuestan por los ciberseguros”, explica el experto en seguros Brüggemann. Tal es así, que España es el país con mayor porcentaje de contratación de pólizas frente a riesgos cibernéticos. En concreto, 1 de cada 3 empresas tienen uno.
Y no es de extrañar si tenemos en cuenta que se encuentran expuestas a numerosos riesgos como el robo de identidad, los fraudes “amistosos”, el reshipping, la triangulación nociva, phishing, account takeover, etcétera. Este seguro suele contar con coberturas básicas como la responsabilidad civil ante posibles daños a terceros, responsabilidad por pérdida de datos personales o riesgos de privacidad, cobertura contra reclamaciones por violar los derechos de propiedad intelectual, defensa jurídica, protección frente a reclamaciones por malware, cobertura por pérdida de ingresos fruto de un ataque informático o vulneración de seguridad, gastos de reparación y restauración de datos borrados, cobertura de fraudes cibernéticos y asistencia técnica.