La Fundación SERES y la firma de servicios profesionales Deloitte han presentado la VIII edición del Informe SERES-Deloitte, que mide el impacto y la contribución real de las empresas a la sociedad a través de un modelo de análisis basado en cinco ejes (económico, organizacional, relacional, social y persona).
En total, 71 empresas de la Fundación SERES representantes de diferentes industrias han aportado los resultados de su actividad en materia de responsabilidad social empresarial (RSE) en 2020. Este año el informe cuenta también con la colaboración especial de la CEOE para analizar los mecanismos de debida diligencia empresarial sobre la cadena de suministro.
Entre las principales novedades extraídas del informe, resalta que las acciones de RSE de las empresas españolas impactaron a 158 millones de beneficiarios en 2020, un 177% más que en 2019. Además, la inversión en RSE de las organizaciones llegó a 1.486 millones de euros, aumentando la inversión media por empresa un 8% respecto al ejercicio anterior.
Fernando Ruiz, presidente de Deloitte España y de la Fundación SERES, ha declarado en la presentación del informe que “el rol de la empresa en cuanto al compromiso social ha evolucionado a lo largo del tiempo. En los últimos años se ha convertido en un tema muy presente entre las prioridades de la dirección de las empresas. La pandemia ha supuesto un salto cualitativo, que ha demandado una acción relevante por parte de todos los actores y las empresas han realizado un gran esfuerzo en este sentido”.
En la presentación, también estuvo presente Íñigo Fernández de Mesa, vicepresidente de la CEOE, quien destacó que “el compromiso social de las empresas es claro, lo hemos podido comprobar durante los meses más duros de pandemia, en los que las empresas españolas han demostrado una vez, su cara más solidaria con la sociedad”.
En palabras de Ana Sainz, directora general de la Fundación SERES, “solo seremos capaces de construir un nuevo mañana gracias a una empresa basada en la gestión responsable, la actuación con propósito y el compromiso empresarial conectado con los retos sociales. La medición de ese impacto social será una palanca muy relevante para hacerlo posible. Los ejemplos de empresas que ofrecen resultados tanto económicos como sociales han puesto de manifiesto que generar valor social es posible y se vislumbra como una oportunidad para generar resultados económicos, así como un impacto social positivo. Asuntos que ponen a la persona en el centro como el empleo, la digitalización inclusiva, la cohesión territorial, los derechos humanos, la diversidad e inclusión son temas que están conectados con la innovación y la competitividad”.
Por su parte, Concha Iglesias, socia líder de Sostenibilidad y Cambio Climático de Deloitte España y responsable del informe, ha afirmado que “los riesgos sociales se han incrementado, y con ello la preocupación de los reguladores e inversores. Consecuencia de todo ello el regulador europeo está dando un impulso legislativo para desarrollar e implementar mecanismos que fomenten una transición justa. Todos los sectores tienen un rol en esta transición, que demanda que las empresas que lo componen definan objetivos y compromisos asociados a la dimensión social, así como una adaptación operativa que les permita cumplir con las expectativas de los grupos de interés.”
Capital persona: la pandemia acelera el compromiso de las empresas con la sociedad
Uno de los datos más llamativos de esta edición del informe es el incremento de la cobertura de proyectos de RSE en términos de beneficiarios. De esta manera, en 2020 las empresas participantes han identificado 158 millones de beneficiarios, frente a los 57 millones de 2019, lo que representa un aumento del 177%. Un 81% de estas actuaciones corresponden a beneficiaros directos y el 19% a beneficiarios indirectos.
En cuanto a la tipología de colectivos beneficiados directamente, el 65% corresponde a la sociedad en general. Además, las empresas orientan sus acciones de RSE a colectivos, como la Infancia y Juventud (52%), personas con discapacidad (48%), personas mayores (30%) y personas enfermas (32%), entre otras. En términos generales, los proyectos contra la COVID- 19 impactaron en 15 millones de beneficiarios.
De esta manera, el número de proyectos de impacto social prácticamente se duplica en esta edición, pasando de 12.979 en 2019 a 24.869 en 2020. Estas iniciativas se encuentran alineadas con las dos dimensiones de la Taxonomía Social: horizontal (55%) y vertical (45%).
El capital organizacional fomenta el liderazgo responsable
El impulso de la estrategia de RSE y la implementación de sus políticas tiene un impacto directo en las organizaciones y en las personas que las conforman. Esta edición pone de manifiesto que se mantiene la alta participación de trabajadores en el desarrollo de proyectos de RSE, llegando a 181.814 empleados, lo que supone el 12% de sus plantillas.
En esta misma línea, el 26% de las empresas cuenta con más del 30% de empleados involucrados en actividades de RSE y en el 14% de ellas llegan hasta siete de cada diez. Así, en 2020 más de 181.814 empleados de las empresas analizadas participaron activamente en programas de RSE.
Además, el 76% de las empresas analizadas ofrece internamente programas de voluntariado corporativo, con un total de 148.875 empleados voluntarios, lo que supone el 9,7% de su plantilla.
En cuanto a la sostenibilidad, esta sigue permeando a lo largo de las organizaciones. En este sentido, el 87% dice alinear su estrategia de RSE con la empresarial, mientras que el 91% cuenta con un área específica de RSE y el 90% desarrolla medidas de conciliación laboral.
Capital económico: el COVID-19 cataliza la inversión en proyectos RSE
El aumento de la inversión total en proyectos de RSE pone de manifiesto cuatro tendencias principales. La primera esa la aceleración que ha generado la pandemia, con 638 millones de euros en proyectos contra la COVID-19, un 45% de los proyectos dentro del sector de salud y bienestar y un 28% destinado al empleo y la integración laboral.
El compromiso de las organizaciones es otra conclusión del informe, con 20,9 millones de euros de inversión media en RSE por empresa, un 8% más que en 2019.
La tracción del territorio (proyectos a nivel nacional e internacional) e importancia del impacto social en la cadena de suministro, son otras tendencias relevantes en el análisis del capital económico.
Visibilidad de las mejores prácticas, clave en el capital social
El informe de SERES y Deloitte resalta que para que contribuir a generar una cultura de responsabilidad social es importante que se visibilice la labor que se hace en materia de RSE.
La ejemplaridad y la transparencia son algunas de las claves que se mencionan para extender la cultura en una organización. En este sentido, el 100% de las empresas participantes realizan programas específicos de sensibilización y difusión de buenas prácticas.
El 83% reconoce que evalúa y comunica su contribución a la sociedad elaborando memorias de sostenibilidad y el 85% cuenta con un informe anual de información no financiera. Además, el 72% tiene un plan para extender sus políticas de RSE a lo largo de su cadena de valor.