“Hoy podemos decir que la central de
Móstoles es una instalación diseñada y configurada con el estándar Rebi, el que
aplicamos en todas nuestras redes de calor en España, una central como la de
Soria, Cuenca, Guadalajara, o Aranda de Duero. Hemos sustituido el modelo
heredado por una infraestructura moderna, más potente y totalmente sostenible”,
afirma Alberto Gómez, presidente ejecutivo de Rebi.
Desde que Rebi asumió la gestión de la
red en 2023, la compañía ha ejecutado una reconversión total de la central. Lo
que hace apenas un año era una instalación obsoleta y con múltiples
limitaciones técnicas, hoy es un referente de ingeniería y sostenibilidad
urbana.
Se ha reformado por completo la
hidráulica de la central, lo que dota a la planta de una gran inercia térmica que
permite mantener un suministro estable incluso en los momentos de máxima
demanda de calor.
El depósito de inercia de 3.500 metros
cúbicos, que entró en funcionamiento este verano, actúa como pulmón energético
del sistema. Gracias a él, la central puede acumular energía térmica para
liberarla de forma progresiva cuando los vecinos lo necesitan, optimizando el
rendimiento de todo el conjunto.
Los usuarios ya están notando la
diferencia. Las mejoras en la central se traducen en un servicio más estable,
homogéneo y eficiente, especialmente en los momentos punta de frío. La
incorporación del gran depósito de inercia y la nueva configuración hidráulica
permiten mantener una temperatura constante en toda la red, sin caídas ni
oscilaciones.
Además, el sistema de control del
edificio se ha actualizado completamente. En caso de incidencia, la telegestión
detecta el problema al instante y permite actuar de forma remota, reduciendo
los tiempos de respuesta y garantizando la continuidad del servicio. “Ahora la
central trabaja con inteligencia, de forma autónoma y coordinada con los
equipos de control remoto de Rebi. Hemos pasado de un sistema doméstico y
limitado a un entorno industrial de última generación”, subraya Alberto Gómez.
Energía cien por cien renovable
Una de las decisiones más importantes
ha sido la sustitución definitiva de las antiguas calderas de gas. Aquellas
instalaciones, ineficientes y dependientes de un combustible fósil, han dejado
paso a bombas de calor de alta temperatura. Cada bomba aporta 1,6 megavatios
térmicos a la red, lo que permite incrementar la capacidad global y mejorar la
eficiencia energética de todo el sistema.
El silo de biomasa también ha sido
completamente renovado. Ahora es automático, más grande y eficiente, con
sistemas de transporte, suelos móviles, rastrillos, cribas y sinfines de última
tecnología. El nuevo silo duplica la capacidad de almacenamiento respecto al
anterior, otorgando a la central una mayor autonomía operativa y evitando
paradas incluso en periodos de alta demanda.
El rediseño claramente ha transformado
el presente y sobre todo ha dejado la central preparada para el futuro. Rebi ha
proyectado la instalación de una nueva caldera de biomasa de 8 megavatios,
lista para incorporarse en cuanto el crecimiento de la red lo requiera. De este
modo, la Red de Calor de Móstoles podrá seguir ampliando su cobertura a nuevos
barrios, edificios y comunidades de vecinos.
En la actualidad, la red da servicio a
más de 4.500 viviendas en más de una treintena de edificios residenciales pero
el objetivo es superar los 8.000 hogares conectados en los próximos años. Con
la capacidad técnica actual, la central está preparada para asumir esa
expansión sin comprometer ni un solo grado de confort térmico. “Nuestro
compromiso con los vecinos de Móstoles es firme, no queremos que nadie vuelva a
preocuparse por si su calefacción fallará. Rebi ha traído a la ciudad una
central robusta, moderna y sostenible, que marcará la diferencia durante las
próximas décadas”, afirma el presidente ejecutivo de la compañía.
El proceso de modernización de la
central de Móstoles forma parte de un plan de inversión de 10 millones de euros
a cuatro años que Rebi está ejecutando para consolidar la red y acompañar su
crecimiento. Rebi es hoy el líder en diseño, ejecución y gestión de redes de
calor sostenibles en España, con presencia en Soria, Aranda de Duero,
Valladolid, Guadalajara, Cuenca y ahora también en Móstoles. Más de 17.000
viviendas y 60 edificios públicos disfrutan ya del calor verde que la compañía
produce a partir de fuentes renovables. Su modelo combina biomasa, recuperación
de calor y energía solar o eléctrica renovable, creando redes híbridas de
última generación. Este enfoque permite ofrecer una energía térmica estable,
asequible y libre de emisiones, en línea con los objetivos de la Agenda 2030 y
la transición energética europea.






