La realidad es que las pymes son plenamente conscientes de la importancia de adaptarse y evolucionar desde el punto de vista digital si quieren seguir creciendo. Así lo demuestra un estudio de VISA y Dynata, que destaca que casi el 80% de los pequeños negocios acepta pagos digitales en España.
Este dato evidencia el creciente interés y compromiso de las pymes con la digitalización, especialmente en lo que respecta a los métodos de cobro y la experiencia del cliente.
Una gestión de pagos eficiente puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso
El papel de las pequeñas y medianas empresas en la economía es esencial, no solo por el volumen que representan, sino también por su capacidad para dinamizar industrias y fomentar la innovación desde la proximidad. Estas se enfrentan al desafío de adaptarse a nuevas exigencias del mercado, entre ellas, la eficiencia en la gestión de pagos. Este aspecto, aunque a menudo pasa desapercibido, puede marcar la diferencia en términos de rentabilidad, agilidad operativa y fidelización de clientes.
Sin embargo, muchas pymes siguen utilizando sistemas tradicionales que no se adaptan a la velocidad del entorno actual. La dependencia de procesos manuales o poco optimizados puede derivar en retrasos en los cobros, errores administrativos y costes ocultos que impactan directamente en su competitividad. Por ello, se destaca que la implementación de las soluciones digitales adecuadas puede ayudar a las pymes a lograr una serie de objetivos:
- Reducir tiempos de espera: automatizar los cobros permite a las pymes acelerar el ciclo de facturación y disminuir los plazos de pago. Esto se traduce en una mejora inmediata de la liquidez y una mayor capacidad para planificar inversiones o cubrir gastos operativos. Además, al eliminar la necesidad de intervención manual, los cuellos de botella administrativos dejan de ser un problema.
- Disminuir errores humanos y ahorrar tiempo: tareas manuales como la introducción de datos de clientes o la revisión pormenorizada de los pagos puede generar errores que acarrean costes y retrasos. Con herramientas digitales, estos procesos se automatizan y se sincronizan con sistemas contables. Esto no solo mejora la precisión, sino que libera tiempo del equipo para centrarse en el negocio. La eficiencia operativa se traduce directamente en ahorro y productividad.
- Incrementar las ventas: ofrecer múltiples métodos de pago (tarjeta de crédito/débito, wallets digitales, Bizum, financiación, etc.) responde a las necesidades reales de los consumidores. Esta flexibilidad mejora la conversión, ya que el cliente encuentra la opción que más le conviene en cada momento. Además, permite vender en nuevos canales como ecommerce, marketplaces o redes sociales. Las soluciones de pago también permiten integrar promociones o pagos recurrentes fácilmente. La eliminación de barreras aumenta las posibilidades de cerrar una venta.
- Acceder a herramientas profesionales sin grandes inversiones: existen soluciones tecnológicas al alcance de cualquier pyme, sin necesidad de grandes desembolsos ni conocimientos técnicos. Muchas plataformas ofrecen modelos de pago por uso, lo que evita costes fijos elevados. Esto permite acceder a funcionalidades como informes automáticos o pasarelas omnicanal.
- Mejorar la experiencia de usuario: un proceso de pago ágil, intuitivo y seguro refuerza la confianza del cliente en la empresa. Evitar pasos innecesarios, ofrecer un diseño intuitivo y garantizar la seguridad de los datos son claves en la experiencia final. Esto mejora la satisfacción del cliente y facilita su fidelización. Un sistema de pagos sin fricciones puede marcar la diferencia entre una venta puntual o un cliente recurrente.
“La transformación digital ya no es una opción para las pymes, es una necesidad urgente si quieren seguir siendo competitivas. Digitalizar los pagos mejora su eficiencia interna, pero también tiene un efecto directo en la relación con sus clientes y su capacidad para crecer”, sostiene Jordi Nebot, CEO y cofundador de PaynoPain.