Organizaciones empresariales y Fundación ONCE abordaron este martes, durante una jornada celebrada en la sede de la CEOE y organizada por SoledadES, el problema de la soledad en el mundo laboral y la necesidad de incrementar el bienestar emocional de los trabajadores en las empresas.
Según un estudio del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada (SoledadES), esta cuestión ocasiona además unos costes anuales por pérdidas de producción de 7.848,4 millones de euros en España.
En su inauguración, la jornada contó con la presencia de Marina Serrano, vicepresidenta de Fundación CEOE; Virginia Carcedo, secretaria general y directora de Transformación, Excelencia e Igualdad de Fundación ONCE, y Matilde Fernández, presidenta del Observatorio SoledadES.
Además, intervinieron Eva Mª Rodriguez, profesora de la Universidad de Vigo y coaturora del estudio “El coste de la soledad no deseada”, y Adrián Tuñon, consultor de Fresno y coordinador y autor de los estudios del Observatorio SoledadES. Además, se celebró una mesa redonda en la que estuvieron representantes de Atrevia, Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia, y del Círculo Empresarial de Atención a Personas.
Todos ellos pusieron de manifiesto que el de la soledad no deseada es un problema que incumbe a instituciones, agentes sociales y sociedad civil, por lo que coincidieron en reconocer el papel que tienen también las empresas a la hora de detectarlo y combatirlo, ya que, además, reduce la productividad por disminución del tiempo de trabajo y muertes prematuras.
En este sentido, los empresarios presentes en el encuentro conocieron las principales cifras del estudio de SoledadES ‘El coste de la soledad no deseada en España’, que señala que el aislamiento involuntario ocasiona en este país un coste de 14.141 millones de euros anuales, incluyendo los gastos sanitarios y las pérdidas de productividad.
De este modo, el informe habla de costes indirectos (los que hacen referencia a las pérdidas de productividad asociadas a las patologías y muerte prematura) y distingue entre pérdidas de producción no ligadas a mortalidad y pérdidas de producción debidas a muertes prematuras.
Las primeras engloban las pérdidas de producción derivadas de la reducción del tiempo de trabajo (menos empleo a tiempo completo y más trabajos a tiempo parcial) y, en términos monetarios, ascienden a 7.848,4 millones de euros anuales.
Por su parte, las pérdidas de producción ligadas a muertes prematuras asociadas a la soledad no deseada ascendieron en 2019 a un total de 848 (511 hombres y 337 mujeres), lo que generaría una pérdida de 6.707 años potenciales de vida productiva. Esto se corresponde con un coste estimado en pérdidas de productividad de más de 191,2 millones de euros.
Por todo esto, empresarios y Fundación ONCE concluyeron en su jornada de trabajo que las organizaciones empresariales son “un actor clave” en la lucha frente a la soledad no deseada y pueden desempeñar un papel “crucial’ invirtiendo en la creación de entornos laborales que fomenten la detección de casos, implementando programas de bienestar y mejorando la cultura organizacional.
Además, coincidieron en señalar que las compañías tienen la posibilidad de ofrecer recursos y apoyo profesional a los empleados que puedan estar experimentando soledad y fomentar redes de apoyo internas. “Al priorizar el bienestar emocional de sus empleados, las empresas no solo mejoran la calidad de vida de sus trabajadores, sino que también aumentan la productividad y el compromiso social”, entienden CEOE y Fundación ONCE.