La subida del salario mínimo a 1.135 euros mensuales en 14 pagas se traduce para el empresario en hasta 1.740 euros de coste mensual mínimo por trabajador.

CEPYME recuerda que las pequeñas empresas son las más perjudicadas por el alza del SMI

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Actualizado 12 | 01 | 2024 15:21

SMI

CEPYME recuerda que la subida del 5% del SMI anunciada hoy por el Ejecutivo se suma a las continuadas subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que se han producido desde 2018 y reitera que este incremento impacta de manera especial en las pequeñas y medianas empresas que, por su reducida estructura, su menor productividad e inferior aprovechamiento de las economías de escala, tienen menos recursos para asumir este incremento de costes laborales.

Una subida del SMI hasta 1.135 euros, en términos netos, alcanzará el 70% del salario medio en las pymes. Una carga que resulta excesiva para estas empresas y conlleva riesgos para su sostenibilidad y para el mantenimiento del empleo que generan.

Hay que recordar que este incremento del SMI entraña un coste salarial para la empresa hasta un 75% más elevado. El coste salarial mínimo mensual para la empresa puede estar entre los 1.740 euros y los 1.824 euros, dependiendo de la cotización por accidentes de trabajo. Es decir, que el coste salarial efectivo mensual es entre un 67% y un 75% más alto que la cifra del salario mínimo, como refleja el informe Repercusión de la subida del SMI en la pyme española, elaborado por CEPYME.

Desde CEPYME se recuerda que la subida del salario mínimo ha de ser acorde a las condiciones de la coyuntura, que en estos momentos no son precisamente favorables para las pymes, que deben afrontar el efecto de la inflación en sus suministros y provisiones, además del alza general de las cotizaciones a la Seguridad Social. Además, la evolución de la productividad, uno de los factores que según el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores deben considerarse a la hora de fijar el salario mínimo, ha tenido una caída del 3,8% desde 2018, coincidiendo con el período de fuertes incrementos del SMI. Esta caída de la productividad contrasta con un incremento medio del 4,6% en los países más avanzados, lo que revela una pérdida de competitividad de nuestro país y un entorno manos favorable para la actividad productiva.

Según el informe elaborado por el servicio de estudios de CEPYME, el impacto del SMI difiere además entres sectores y territorios. El impacto del SMI por sectores se observa cuando se escala por tamaño de empresa, siendo la pequeña la que registra un salario medio más bajo debido a su menor productividad y, por tanto, mayor impacto del SMI. Con las constantes subidas del SMI en los últimos años, la empresa de menor tamaño especialmente no ha tenido tiempo suficiente para tener una ganancia en productividad que le aminore el impacto de estas subidas.

Destaca especialmente la pequeña empresa del sector servicios, que sufre un mayor impacto del SMI, suponiendo este un 70,5% del salario medio del sector. No obstante, también se observa esta diferencia en otros sectores, donde los salarios son más elevados, como es el caso de la industria y la construcción. De hecho, a pesar de ser más elevados sus salarios medios, el SMI en las pequeñas del sector secundario también se sitúan por encima del 60% del salario medio de su sector. Y se abre una brecha cada vez más mayor en el tamaño de empresas, donde las pequeñas empresas de estos sectores se quedan descolgadas de las retribuciones de las grandes del sector.

Este desequilibrio también se produce a nivel territorial. Elevar el SMI a 1.135 euros dejará a 13 comunidades autónomas y 38 provincias con un porcentaje del SMI sobre salario medio superior al 60%. Destaca Extremadura, donde el SMI supondría el 72,8% del salario medio autonómico.

A nivel provincial, en 11 provincias, la relación entre el salario mínimo y el promedio, en términos netos, es mayor al 70%. Destaca Ávila, donde el SMI representa el 78,7 por ciento del salario medio neto. En 26 provincias, un SMI de 1.135 euros superaría el 75% del salario medio provincial.

Esto tiene grandes implicaciones en la productividad empresarial, así como en la negociación de los convenios colectivos, además de consecuencias negativas en la llamada España vaciada.

Según el infirme elaborado por CEPYME, el aumento del SMI desde 2018, ha impactado negativamente en la creación de empleo en las tareas elementales. Un impacto que se puede cifrar en la no creación de hasta 163.0000 puestos de trabajo, siendo los más afectados las personas jóvenes y los colectivos menos cualificados. Una situación especialmente preocupante en un país que tiene la mayor tasa de desempleo en Europa.

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