Aunque en términos interanuales mejoran la ocupación y el paro, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del año la cifra de ocupados ha caído en 11.100 personas y la de parados ha subido en 103.800 personas respecto al último trimestre de 2022.
CEPYME considera que esta caída trimestral del empleo está relacionada con el alza de costes que padecen las empresas, no sólo en términos de inflación o coste de financiación, sino también derivada de las subidas de cotizaciones sociales y el aumento del salario mínimo interprofesional (SMI). Por otra parte, también se acusa el efecto de la ralentización económica.
Construcción y agricultura, ramos especialmente afectados por el alza de costes, pierden ocupados en términos trimestrales. El agropecuario, uno de los sectores que más acusa las subidas de suministros, SMI y cotizaciones, la sequía y el efecto de los fijos discontinuos, pierde 5.000 trabajadores en términos trimestrales y arrastra una merma de ocupados de 79.500 personas en los últimos doce meses.
Esta deriva del empleo agrario ya venía anunciada por datos recientes, como el hecho de que, a cierre de febrero, el número de microempresas de menos de 10 trabajadores cayó un 3,8% en la agricultura.
Los autónomos presentan una mejora trimestral de 12.100 ocupados y contrasta con las caídas registradas en los datos de afiliación a la Seguridad Social. No obstante, los datos de la EPA confirman una tendencia negativa en el dato de trabajadores por cuenta propia en carácter anual que es de 43.300.
Por otra parte, CEPYME muestra su preocupación ante la brecha que se está dibujando entre empleos de diferente cualificación. La pérdida de puestos de baja cualificación de 53.100 ocupados en cómputo trimestral y de 30.300 en términos interanuales puede imputarse al efecto negativo de la subida del SMI en puestos que mayoritariamente se mueven en ese rango salarial.
Las previsiones de CEPYME apuntan a un segundo trimestre en el que se mantendrá el ritmo moderado de creación de empleo. No obstante, el auge de los fijos discontinuos sigue alterando la comparativa estadística al no computar como desempleados en los registros públicos durante las épocas que no son reclamados por la empresa para trabajar.