Puerto Rico se define como Estado Libre Asociado a los Estados Unidos. Esta situación implica que, técnicamente, forma parte del país aunque se halla unido a él mediante un estatus especial de autogobierno que lo diferencia de otros territorios federales. El Gobierno de la isla no tiene competencias políticas y económicas internacionales, ya que estas son asumidas enteramente por el Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos.
Con una población de unos 3,16 millones de habitantes (con tendencia a disminuir en los últimos años) y una superficie de 9.104 kilómetros cuadrados, Puerto Rico se sitúa en el Caribe, al este de la isla de Santo Domingo y al oeste del conjunto de islas que forman las Antillas Menores.
Los vínculos culturales con España aún se mantienen con fuerza, como lo demuestra la vigencia del español como principal lengua hablada en la isla, compartiendo oficialidad con el inglés.
Puerto Rico es una economía desarrollada y sus habitantes disfrutan de uno de los niveles de vida más elevados de la región gracias, en buena medida, a las importantes transferencias que recibe de los Estados Unidos, de cuyo mercado también forma parte. Dispone de mano de obra cualificada y de un sistema financiero moderno que depende de la disciplina de la Reserva Federal estadounidense.
La economía puertorriqueña se caracteriza por ofrecer importantes incentivos fiscales para las empresas establecidas en la isla, que pueden aprovechar en su propio beneficio para abordar el mercado norteamericano.
Puerto Rico forma parte del territorio aduanero de los Estados Unidos y está sujeto a sus procedimientos de entrada, aranceles y medidas de protección comercial. Con escasas excepciones, las mercancías extranjeras pueden ser importadas libremente a Puerto Rico. Además de las exigencias puertorriqueñas, las mercancías deben cumplir las normas estadounidenses. En este sentido, Puerto Rico se considera una extensión del mercado de Estados Unidos.
Sectores de oportunidad
Los productos agroalimentarios de origen español tienen una gran aceptación en Puerto Rico. Pese a la competencia de otros productos similares procedentes del mercado estadounidense, sigue habiendo buenas oportunidades para las exportaciones españolas en este ámbito.
También hay interesantes oportunidades en sectores de consumo como perfumería y cosméticos, moda, joyería, complementos y cerámica para la construcción, así como en otros vinculados a las infraestructuras, las comunicaciones, la energía, el equipamiento industrial y los bienes de equipo.
Existen otras áreas con expectativas igualmente favorables, como las relacionadas con los servicios de telecomunicaciones y los bienes intermedios para las industrias farmacéutica y biotecnológica, ambas con cierta relevancia en la estructura industrial del país.
En el sector agropecuario, las empresas españolas pueden encontrar oportunidades en el suministro de equipos y experiencia profesional, dado que el Gobierno puertorriqueño está tratando de revitalizar las actividades agrícolas.
El incuestionable atractivo turístico de Puerto Rico también constituye otra área de expansión para las empresas extranjeras. En España hay compañías de gran potencial con capacidad para invertir en proyectos que permitan diversificar la oferta del sector en la isla.
Otro de los sectores de interés es el de la gestión y el tratamiento de residuos, con un amplio margen de desarrollo.
La privatización de la distribución de energía y la transición en materia de generación hacia el gas natural y las energías renovables están dando lugar a proyectos en los que podrían participar empresas españolas.
Por otro lado, Puerto Rico también es una buena plataforma para exportar servicios en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones tanto a Estados Unidos como a otros países del Caribe y América Central. Además, la existencia de incentivos fiscales para las empresas manufactureras de sectores consolidados, como el farmacéutico, biotecnológico y el de material médico, puede servir para atraer la presencia de empresas extranjeras.
La intención del Gobierno de Puerto Rico de convertir la isla en un centro estratégico regional en el sector aeronáutico es también una buena posibilidad para las empresas internacionales que ya han aprovechado algunas compañías.
Hay que tener en cuenta que, con el fin de impulsar su economía, Puerto Rico está declarada Zona de Oportunidad por el Gobierno de Estados Unidos, lo que convierte a su territorio en receptor de beneficios fiscales para promover inversiones extranjeras en proyectos de desarrollo económico, a los que se suman los incentivos concedidos a nivel local. Entre ellos, una reducción del 10% de la base imponible de las ganancias de capital para las inversiones que se mantienen hasta siete años y del 15% para las que alcanzan los diez años.