La elevada preocupación por la seguridad de los datos, la disminución de la demanda de smartphones y tablets, el elevado precio de los productos en opinión del consumidor y el estancamiento en el crecimiento del mercado de Internet de las Cosas (IoT) están obstaculizando la industria de electrónica de consumo y continuarán haciéndolo durante 2016, según un recoge un estudio de Accenture.
El estudio refleja que para el 47% de los encuestados, la preocupación por la seguridad y los riesgos de privacidad es una barrera para comprar un dispositivo y servicio de Internet de la Cosas (IoT), entre los que se incluyen, entre otros, smartwatches, wearables de fitness y termostatos para casas inteligentes.
En este sentido, de los encuestados que poseen o tienen previsto comprar un dispositivo de IoT este año, un 69% son conscientes de que estos productos pueden ser hackeados y, por lo tanto, sufrir el robo de datos o averías del dispositivo.
Asimismo, el informe recoge que un 37% ha decidido ser más cautelosos al utilizar estos dispositivos y servicios, un 24% ha pospuesto la compra o suscripción y un 18% ha dejado de utilizar sus dispositivos IoT o ha interrumpido sus servicios de IoT hasta que pueda conseguir garantías más seguras.
Sin embargo, el principal motivo argumentado por los encuestados ha sido el precio de estos dispositivos, ya que el 62% de los consumidores creen que los nuevos productos de Internet de las Cosas son «demasiado caros».
MENOR DEMANDA DE SMARTPHONES.
Por otro lado, el estudio destaca también la tímida demanda para dispositivos tecnológicos entre los consumidores tradicionales, ya que sólo un 48% de los encuestados dicen que tienen previsto comprar un smartphone este año, seis puntos por debajo del 54% del año pasado.
En esta línea, el número de personas que está valorando comprar una nueva televisión o una tablet este año también ha caído, desde el 38% registrado hace un año para ambos tipos de dispositivos hasta el 30% y el 29%, respectivamente.
El estudio revela también una demanda limitada en el mercado de dispositivos de IoT, con el que la industria ha contado para dirigir el crecimiento, mientras que otros mercados como el de los smartphone madura.
De hecho, sólo el 13% de los encuestados tienen previsto comprar un smartwatch el próximo año, apenas un punto porcentual más que el año pasado. Además también se ha estancado la demanda de otros dispositivos como pantallas de fitness, dispositivos wearables de salud, termostatos inteligentes y cámaras conectadas a la vigilancia doméstica.
El director gerente global de la división Electronics and High Tech Group de Accenture, Sami Luukkonen, ha afirmado que la desaceleración del mercado de tecnología de consumo es «irrefutable, seria y global», y ha añadido que ya no lo dominan los dispositivos más llamativos, sino que la clave está es proveer servicios digitales «seguros, innovadores y prácticos, que ofrezcan una colaboración más abierta».
Respecto al mercado de Internet de las Cosas, ha subrayado que se ha revelado a sí mismo como «un arma de doble filo», ya que, aunque su oportunidad es «enorme», las preocupaciones por la seguridad y la facilidad de uso impiden su potencial a corto y largo plazo.
«Para incentivar este mercado, las compañías de tecnología de consumo deberían considerar seriamente los ecosistemas, el intercambio de datos y la creación de servicios integrados a través de múltiples compañías, así como el diseño de una casa conectada integralmente a través de una cámara de seguridad doméstica, el termostato y la cerradura de la puerta», ha remarcado.