El paquete «Fit for 55» profundiza y amplía la descarbonización de la economía europea para alcanzar la neutralidad climática hacia el año 2050.
BusinessEurope, como organización que representa los intereses de las empresas europeas, apoya el Pacto Verde Europeo y está comprometida con la transición hacia una economía climáticamente neutra. Sin embargo, una economía climáticamente neutra implica desafíos y costes de transición que deben evaluarse y abordarse a fondo para minimizarlos. La ambición climática y la competitividad industrial deben ir de forma conjunta. Esta idea queda reflejada en un reciente documento de recomendaciones publicado por BusinessEurope en torno a diez propuestas legislativas incluidas en el paquete “Fit for 55”.
En concreto, las propuestas se centran en el sistema de comercio de emisiones de la UE, el Fondo Social para el Clima, el mecanismo de ajuste de las fronteras de carbono, la Directiva sobre fiscalidad energética, la Directiva sobre energía renovable, la Directiva sobre eficiencia energética, los estándares de emisiones de CO2 para automóviles y furgonetas, la regulación sobre infraestructuras para combustibles alternativos, la regulación ReFuelEU que afecta al sector aviación y la regulación FuelEU que afecta al transporte marítimo.
Entre otros mensajes claves, BusinessEurope señala en su documento que apoya el objetivo de garantizar un papel central al sistema de comercio de emisiones para 2030. Un enfoque armonizado dentro de la UE y basado en el mercado, con provisiones efectivas de fugas de carbono, es el marco regulatorio adecuado para avanzar.
Para abordar los impactos sociales que surjan de este nuevo sistema, la Comisión Europea ha propuesto introducir el Fondo Social para el Clima. A este respeto, BusinessEurope considera que necesita una evaluación cuidadosa, puesto que representa una nueva redistribución financiera transeuropea y presenta riesgos de duplicidad con otros mecanismos existentes a nivel de fondos de la UE.
En cuanto al nuevo mecanismo de ajuste de las fronteras de carbono propuesto por la Comisión, BusinessEurope considera que debería probarse como instrumento para combatir la fuga de emisiones de carbono y nivelar el campo de juego.
El documento incluye también propuestas en torno a la Directiva sobre fiscalidad energética de la Comisión Europea. Los empresarios europeos apoyan la actualización de la directiva vigente desde 2003 por resultar ya desfasada. Las empresas necesitan un marco fiscal sobre energía que refleje la realidad actual del mis energético para tener una certeza legal y fiscal a la hora de invertir en alternativas climáticamente amigables.
Sobre la Directiva de energía renovable, BusinessEurope señala que las energías renovables y bajas en carbono están jugando un importante papel en la reducción de la huella de carbono de la economía europea, y una mayor integración de ambas sería crucial para alcanzar los ambiciosos objetivos establecidos para la reducción de emisiones.
La Directiva sobre eficiencia energética también merece la atención del documento de propuestas de BusinessEurope. Una economía basada en la eficiencia energética es clave para alcanzar los objetivos climáticos de la UE, aunque garantizando el crecimiento y la prosperidad en Europa. Esto solo se podrá lograr mediante un enfoque exhaustivo y sistemático que facilite la flexibilidad y permita obtener ahorros energéticos no explotados y el aumentar el potencial de descarbonización en la economía.
BusinessEurope reconoce la propuesta de la Comisión para alcanzar los objetivos climáticos en el transporte ajustando los estándares de CO2 para automóviles y furgonetas y formular su contribución a la descarbonización. Sin embargo, la propuesta debería ser mejorada en algunos aspectos claves, como por ejemplo en lo referente a la regulación de la infraestructura para combustibles alternativos.
Respecto a la iniciativa de la Comisión en materia de combustibles de aviación sostenibles, denominada «ReFuelEU Aviation Regulation», BusinessEurope reconoce que supone un buen impulso para la descarbonización progresiva del sector aviación, pero considera que hay aspectos mejorables, por ejemplo, en el ámbito de la definición y disponibilidad de combustibles sostenibles destinados a la aviación y en las obligaciones de suministro de estos combustibles a los aeropuertos de la UE y los operadores aéreos.
Por último, BusinessEurope apoya los objetivos de la Comisión para limitar las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo de mercancías en la UE, a pesar de que lo preferible sería abordar una solución internacional al respecto. Sin embargo, los estándares y valores utilizados para evaluar las emisiones deberían ser más flexibles en orden a reconocer vías alternativas para la producción de combustibles, así como para incrementar el impulso de tecnologías de propulsión eficientes.
Los objetivos propuestos en este último apartado ponen especial atención en los puntos de carga eléctrica, tanto para vehículos ligeros como pesados. Sin embargo, los objetivos para las estaciones de hidrógeno no hacen referencia al tamaño de las flotas y los que se refieren al gas natural licuado no está explícitamente definidos. Asimismo, el enfoque tecnológico en la propuesta está parcialmente sesgado y puede tener impacto sobre las condiciones de libre mercado para el desarrollo de soluciones competitivas más bajas en carbono.
En línea con el principio de neutralidad tecnológica, que implica no fomentar artificialmente determinadas opciones tecnológicas en detrimento de otras, se comenta que la planificación de infraestructuras de carga y repostaje de combustible debería diseñarse para promover vehículos que utilicen combustibles de bajas o cero emisiones, como los biocombustibles, hidrógeno y combustibles sintéticos, junto con el gas natural comprimido y licuado, sobre todo cuando la electrificación directa del transporte no sea posible.