La tasa de mortalidad empresarial, que mide el porcentaje de tejido empresarial que desaparece de forma anual, es mayor en España que en Italia, Alemania o Portugal.
Estos datos se desprenden del informe sobre Crecimiento Empresarial que ha elaborado la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), teniendo en cuenta los datos de las empresas con al menos un asalariado y que se presentará en detalle el próximo 10 de noviembre.
En concreto, el 9,2% de las empresas con asalariados acaba cerrando a lo largo del año en España, mientras que en la media de la Unión Europea se sitúa en el 8%. Esto significa que cada año una de cada 11 empresas con asalariados que hay en nuestro país desaparece, una tendencia que ya se observaba antes de la crisis del coronavirus y que se ha agravado como consecuencia de la pandemia.
En Italia, un país con un tamaño comparable al de España, la tasa de Mortalidad de las compañías es del 8,3%; en Alemania, la locomotora de Europa, se sitúa en del 7,5%, y en Portugal alcanza el 7,2%. En cambio, países como Francia o Reino Unido sí presentan una mortalidad empresarial mayor que la española.
Esta tendencia se agudiza en España en las empresas de nueva creación, que muestran una mayor vulnerabilidad que en otros países europeos. De hecho, solo la mitad de las empresas sobreviven tres años después de su creación, una proporción inferior a la de Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y Portugal, entre otros países europeos.
Visto desde otro ángulo, se puede concluir que las empresas con empleados en España tienen una esperanza de vida media cercana a los 11 años, que es casi la mitad de lo que sobreviven de media las empresas en el conjunto de la Unión Europea (19,6 años). En Portugal la esperanza de vida empresarial asciende a 13,8 años, en Alemania a 13,3 años y en Italia a 12 años.
La mayor mortalidad de las empresas españolas se explica por su menor tamaño medio, ya que cuanto mayor es la dimensión de las compañías mayor es su capacidad para superar las crisis. Es la conclusión que se puede extraer si se observan, por ejemplo, los datos de la crisis económica previa a la de la pandemia. Entre el cuarto trimestre de 2007 y el mismo periodo de 2013, el número de empresas de 10 a 49 trabajadores se redujo un 33%, mientras que el número de empresas con 500 empleados o más solo lo hizo un 23%, 10 puntos porcentuales menos.
Para poner en contexto los retos del crecimiento en tamaño empresarial en España, CEPYME ha elaborado un completo informe que presentará en detalle el próximo miércoles 10 de noviembre, en el que se analizan cuáles son las barreras que tienen las empresas españolas para crecer, las consecuencias que tiene para la economía española tener un tejido de menor tamaño y qué medidas podrían alentar el crecimiento empresarial. Asimismo, se expondrán las herramientas que la Confederación pone a disposición de los empresarios para ganar tamaño y ser más competitivos.