La Confederación de la pequeña y mediana empresa CEPYME valora el incremento de 53.387 afiliados registrados en el mes de septiembre, lo que sitúa el total de cotizantes en los 19.531.111 afiliados a la Seguridad Social.
No obstante, la Confederación de las pymes vuelve a llamar a la prudencia y pide realismo con los datos hasta que realmente se haya logrado recuperar el nivel prepandemia, ya que en este momento la cifra total de cotizantes destacada todavía incluye a los 239.230 trabajadores que permanecen en ERTE.
CEPYME reitera un mayor esfuerzo para que las pequeñas y medianas empresas que todavía no han logrado reabsorber al total de su plantilla que permanece en ERTE puedan lograrlo en los próximos meses.
Respecto a los datos de desempleo, septiembre ha registrado un descenso del paro en 76.113 personas hasta situar la cifra global en los 3,2 millones de desempleados. Pese a esta variación positiva, la Confederación también recuerda que es esencial tener en cuenta los datos de ERTE y los de cese de actividad para lograr un análisis realista del mercado de trabajo. La revisión a la baja del crecimiento del PIB en el segundo trimestre del año (del 2,8% al 1,1%) obligan a mantener cierta cautela sobre la intensidad de la recuperación de la economía española, cuya tasa de crecimiento es muy difícil que alcance el 6% este año.
De hecho, la Confederación de las pymes destaca el dato de contratación de septiembre y pide cautela en el análisis, ya que en septiembre de este año se registraron 1.923.846 contratos, un 17,8% más que en el mismo mes de 2020, pero una cifra todavía inferior a los 2.094.635 contratos registrados en septiembre de 2019.
El comportamiento del empleo en el mes de septiembre refleja la relajación de las restricciones en prácticamente la totalidad del territorio español, como consecuencia del avance en el ritmo de vacunación y el descenso en la tasa de contagios. No obstante, CEPYME recuerda que la reactivación llega tarde para muchas empresas de sectores como el pequeño comercio, especialmente dañado en esta crisis, entre otros, que no han podido resistir estos meses de cierre de la actividad, sin ayudas ni compensaciones, y que se han visto obligadas a cerrar o a reducir su capacidad operativa. El resultado es un tejido empresarial más debilitado, especialmente en lo que se refiere a las pymes, que requiere un apoyo más intenso por parte de las administraciones para poder aprovechar al máximo la recuperación.