Que la crisis sanitaria de la pandemia ha causado un retroceso económico que va a costar superar y una pérdida de tejido empresarial es un hecho que se explica consultando los informes trimestrales del Ministerio de Trabajo.
A 31 de marzo de 2021 La Rioja tenía 25.336 autónomos, sumando tanto aquellos que se encuentran afiliados por cuenta propia a la Seguridad Social integrados en sociedades mercantiles, como las personas físicas que no lo están (Supone el 0,8% nacional). Un año antes, en el primer trimestre de 2020 el número de autónomos ascendía a 25.412. Pero la verdadera quiebra se produce en la comparación con el primer trimestre de 2019, cuando los autónomos representaban un colectivo de 26.101 personas. La cuenta está clara. La pérdida ha sido de 765 autónomos.
La pérdida de autónomos en estos dos años 2019-2021 es algo mayor entre los autónomos personas físicas (-3,38%) que entre los autónomos societarios (-2,60%). Los autónomos personas físicas pasan de ser 16.105 en 2019 a los 15.593 en el primer trimestre de 2021. Los societarios han pasado de ser en 2019 9.996 a los 9.743 actuales.
Lo más significativo es la caída de 18,66% entre los autónomos personas físicas en alguna actividad industrial. O la reducción del 9,55% entre los autónomos personas físicas que tenían algún empleado a su cargo. Es evidente que tanto la actividad empresarial como el empleo que genera han sufrido los peor de esta crisis sanitaria.
Por edad, los autónomos menores de 25 años (+6) y los mayores de 55 (+73) tienen los mayores incrementos entre 2019 y 2021. Unos y otros suelen registran habitualmente los más elevadas tasas de paro y, por tanto, se accede al autoempleo como una salida profesional.
El perfil del autónomo riojano apenas cambia en este periodo. El autónomo mayoritario pertenece al sector servicios, sin asalariados a su cargo, con una sola actividad, con una edad comprendida entre los 40 y los 54 años, con 5 o más años en el negocio y con una base mínima de cotización en el sistema RETA.
Urge contener la pérdida de tejido autónomo
En las circunstancias actuales de crisis por la pandemia del coronavirus, – con una situación en muchos sectores y empresas muy delicada todavía-, donde continúan los cierres totales y las restricciones a la actividad, urge contener la lenta y progresiva pérdida de autónomos, que representan una gran parte de la riqueza y del empleo regional.
La FER considera fundamental que los autónomos que han sufrido pérdidas de facturación ingresos por cierre o limitaciones a su actividad reciban con urgencia las ayudas que quedan pendientes. Es esencial que la Administración pública no deje atrás a ningún sector afectado
Si queremos recuperar el tejido autónomo se debe producir un alivio de la presión fiscal reduciendo las elevadas cotizaciones que pagan por su actividad económica y empresarial.