Una mayor presión fiscal disuade a los inversores, estimula la economía sumergida, frena el PIB y perjudica el empleo. En cambio, la competitividad fiscal aumenta el atractivo para la inversión, facilita el afloramiento de actividades al no penalizarlas tanto, genera economía real, esto es, crecimiento del PIB y mejora las tasas de empleo y su estabilidad. Además, es un factor que obliga a incrementar la eficiencia en el gasto público.
Estas conclusiones figuran en el amplio informe ‘La competitividad fiscal de las Comunidades Autónomas, condición necesaria para el desarrollo económico’, publicado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), que recoge los principales análisis del seminario sobre competitividad fiscal en el que participaron tanto el IEE como el Consejo General de Economistas de España y PwC.
Según ha señalado Javier Peinado, Secretario General de la CREEX, el informe muestra, con datos y análisis rigurosos, no con especulaciones, que una mayor presión fiscal nominativa tiene, a medio plazo, efectos devastadores sobre la economía de un territorio.
“No es cierto que a mayor carga fiscal, mayor recaudación y mejores servicios públicos. Más bien es al contrario: la mayor carga fiscal genera menor recaudación a medio plazo, al lastrar la economía productiva y el empleo, y deteriora los servicios públicos”, ha indicado, para añadir: “lo que debe ampliarse no es la carga impositiva nominal, sino la base, es decir, que haya más gente pagando menos, porque eso sí estimula la economía”.
Otro factor a tener en cuenta es la corresponsabilidad fiscal. Sin ella, señala el informe, las administraciones regionales tienden a gastar sin control, ya que no tienen que asumir el coste electoral del alza de impuestos. Por tanto, la fórmula no sería gastar más (que es el parámetro que ahora se usa para medir el grado de compromiso de una Administración con los servicios públicos), sino de gastar mejor. El ajuste debería venir, pues, por la parte del gasto, no del ingreso, mejorando la eficiencia del gasto público, que en España es un 14% inferior a la media de países de la OCDE. De hecho, según diversos cálculos, alrededor de un 30% del gasto público en España es ineficiente. Solo con bajar esa tasa a la mitad se podría afrontar una mejora sustancial de los servicios sin aumentar la presión fiscal, incluso disminuyéndola.
Dirección equivocada
El análisis muestra que las medidas fiscales (y parafiscales) emprendidas en los últimos meses van en la dirección equivocada: una armonización al alza incrementando impuestos, lo que incrementa a su vez el coste de capital, disuadiendo a los inversores. Por el contrario, en el informe se propone una ‘convergencia real’, basada en recaudar más cuando la actividad prospere, y no incrementar la carga fiscal para aumentar el gasto público cuando la actividad está bajo mínimos, como ahora.
El estudio se fija como ejemplo en impuestos como Patrimonio y Sucesiones, calificados sin ambages como ‘confiscatorios’ (Patrimonio ha sido llevado por la CREEX, CEPYME y CEOE ante el Defensor del Pueblo para promover su eliminación).
En el análisis se pone el dedo en la llaga ante la contradicción en la que incurre el Gobierno de España: por un lado, habla de armonización fiscal con Patrimonio, corrigiéndolo al alza en aquellas regiones con menor tipo fiscal, y por otro no se propugna esa misma armonización fiscal con la UE, donde dicho impuesto no existe.
Asimismo, con los datos sobre la mesa, el informe pone en evidencia una cuestión: aquellas regiones como Extremadura, donde la presión fiscal es mayor y el índice de competitividad fiscal menor (menos de la mitad en comparación con España y un tercio en comparación con Europa), son las que presentan mayor incidencia de la economía sumergida, mayores tasas de desempleo, menor inversión productiva y menor crecimiento económico.
“Son datos y análisis que nos deben llevar a una reflexión sobre el modelo fiscal. Aumentar la presión nominativa propicia el fraude y la economía sumergida, que es donde la inspección debería actuar con más contundencia, pero también con medidas que suavicen la carga y hagan menos atractivo eludir obligaciones fiscales”, ha comentado Javier Peinado.
Otro mito que desmonta el informe es el que señala que la carga fiscal en España es inferior a la media de la UE, y por tanto hay un margen de cuatro puntos de PIB para incrementar la esa carga. A juicio de los expertos, tal visión es una falacia, al despreciarse parámetros como la renta per cápita o el peso de la economía sumergida, que tienen un gran impacto en la recaudación final total: en un sistema fiscal progresivo, menor renta per cápita es menor recaudación, y en la economía sumergida esta recaudación es cero.
Recomendaciones
La última parte del informe recoge algunas recomendaciones para aumentar la recaudación sin incrementar la carga fiscal, incluso disminuyéndola:
- Revisar la normativa fiscal, simplificándola y haciéndola más concreta y clara
- Analizar de arriba abajo el modelo fiscal y parafiscal
- Generar un sistema estable que dé seguridad jurídica
- Ajustar los presupuestos públicos por la vía del gasto, eliminando ineficiencias
- Promover la corresponsabilidad fiscal
- Eliminar el Impuesto sobre el Patrimonio
- Disminuir o eliminar Sucesiones y Donaciones (donde se ha hecho ha caído la elusión fiscal y aumentado la recaudación)
- Eliminar cargas que lastran la inversión y expulsan el talento
- Promover la expansión económica mediante la menor fiscalidad, lo que redundará a medio plazo en más recaudación
Algunos datos sobre Extremadura
- Competitividad fiscal (condiciones favorables para invertir y vivir) Extremadura ocupa la última posición, con una puntuación de 31,6 sobre 100 que marca de media la UE
- PIB per cápita: En Extremadura es el 73,6 respecto a la media de España de 100. Ocupa la última posición
- Paro: Extremadura es la última, con un 21,5% de tasa frente a la media del 14%
- Economía sumergida: en Extremadura está en el 29,1%, frente al 23% de media en España
- Presión fiscal nominativa: Extremadura tiene un índice de 120, sobre la media UE de 100, es la quinta de España con peor dato
- Recaudación de impuestos cedidos sobre el PIB: En Extremadura el índice de recaudación es de 72,4, frente a la media española de 100
- Recaudación de impuestos cedidos en Extremadura: 52,9 frente al índice 100 de España
Así pues, Extremadura ocupa los primeros puestos en presión fiscal nominativa, economía sumergida y paro, y los últimos puestos en atractivo a la inversión y el talento, PIB per cápita y recaudación. Cierto es que durante el último Debate de Política General el Presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, anunció rebajas en Donaciones y en el tributo que pagarían los vehículos más contaminantes, pero se trata en todo caso de tímidos avances, positivos pero insuficientes.
Mientras, en territorios donde hay menos fiscalidad la recaudación aumenta por el aumento de la base de contribuyentes.