A pesar de la incertidumbre causada por la crisis del COVID-19, los españoles siguen mostrando un creciente interés por descansar fuera de casa. Los viajes se traducen ahora en un premio, una recompensa por todo este tiempo de sacrificios.
Seguimos buscando aventuras, experiencias y mucha desconexión, pero de otra manera que ha hecho que el sector se haya tenido que replantear sus estrategias y servicios para adaptarse a la nueva demanda, según explica Weekendesk.es.
“La pandemia ha cambiado nuestra cotidianidad y la forma de asumir el entorno, lo cual se ha extrapolado también al sector turístico, transformando no solo la forma en la que viajamos sino también los objetivos de nuestras vacaciones. Esto ha supuesto uno de los mayores desafíos de la industria en las últimas décadas y una de las más extraordinarias adaptaciones que hemos tenido que llevar a cabo para ser competitivos y responder de forma efectiva a la demanda de los viajeros”, ha explicado Brigitte Hidalgo, Directora de Operaciones de Weekendesk.
Tendencias que marcarán el 2021:
- La salud y la seguridad, lo primero en el wish list de los viajeros: Los protocolos sanitarios son ahora el principal activo de los establecimientos turísticos, desde que los usuarios lo han convertido en la mayor preocupación. Una de las primeras preguntas que se hacen los viajeros antes de reservar es: ¿Cumple con todos los protocolos este alojamiento? Las opiniones sobre este aspecto figuran entre las más valoradas en las evaluaciones que hacen los clientes a los establecimientos. De hecho, el 50% del tiempo que los clientes pasan revisando una oferta lo invierten en analizar las medidas sanitarias de los hoteles, lo que refleja un cambio de mentalidad por parte de los viajeros.
- Escapadas burbuja: a la cacería de los destinos más seguros: El objetivo es viajar, pero ¿a dónde? Los cierres puntuales y las medidas que se han tomado a nivel local han provocado un cambio radical en la elección del destino. La tendencia ahora son las “escapadas burbuja”: viajar puntualmente a municipios sin restricciones de movilidad y donde no sea necesario guardar cuarentena. Esto está permitiendo que muchos destinos que no están bajo confinamientos perimetrales se conviertan en una alternativa de descanso, aprovechando esa demanda y el creciente deseo de los españoles de retomar su costumbre de viajar.
- El staycation a pocos kilómetros de casa y por pocos días: El término staycation se ha ido transformando y el concepto de “vacaciones en casa” se ha ampliado unos kilómetros, abarcando nuestra propia región. La distancia media recorrida por los españoles cuando se van de escapada se ha reducido a 78 kilómetros. Es decir, viajamos cada vez más cerca de nuestra residencia y por pocos días, con una estancia media de 2-3 noches, dosificando de esta manera nuestros días libres durante todo el año. Esto obedece a que los españoles hemos reforzado esa visión de que todo el municipio o provincia abarca nuestro entorno de vida, por lo que irse el fin de semana al pueblo de al lado se traduce como quedarse en casa, pero cambiando de ambiente.
- La sostenibilidad y reducir la huella de carbono, objetivos clave: Conectar con la naturaleza es una necesidad que se ha hecho más imperiosa en esta nueva etapa. Los alojamientos sostenibles continuarán en auge a medida que el turista siga descubriendo que la mimetización con el entorno pasa por su protección. Pero esto también afecta a cómo nos movemos. A la tendencia de buscar destinos cerca de casa se suma la preocupación por reducir la huella de carbono, de ahí el aumento de los viajes en coche. Un viaje de dos horas en coche tiene una emisión de apenas 0,04 toneladas de CO2, mientras que en avión la huella de carbono es hasta doce veces mayor, alcanzando 0,49 toneladas.
- Adiós a la improvisación: viajes todo incluido y más organizados: La nueva normalidad nos ha llevado a organizarnos como nunca y tener todo planificado antes de salir de casa. En consecuencia, se ha disparado la demanda de servicios todo incluido y pensión completa, registrando un aumento del 33% con respecto al año pasado y acaparando ya más del 20% de las reservas. También continuarán en auge las escapadas que combinan alojamiento y experiencias (entradas a museos, excursiones, visitas guiadas, circuitos de spa…), una opción que se ha ido consolidando en los últimos años.
- Escapadas con actividades privadas, la nueva moda: El deseo de tener unas vacaciones tranquilas se ha traducido en una importante demanda de escapadas que engloban experiencias wellness y gastronómicas, las cuales abarcan el 27% de las reservas. Pero dentro de esta categoría son los planes privados los que están experimentando un repunte significativo con demandas como jacuzzi privado y desayuno en la habitación, uso exclusivo de ciertas áreas de los spas y las zonas termales, o catas y degustaciones en grupos reducidos. La filosofía de menos es más es la que gana.
- Reservas de última hora, con promociones y muy flexibles: Los fluctuantes cambios en las medidas han hecho que seamos más precavidos y reservemos en el último minuto. La media suele ser de entre seis y 15 días antes del viaje. Una de las razones de esta espera es que las promociones pueden ser un factor decisivo, ya que la gente se mantiene a la búsqueda de alternativas que le permitan ahorrar dinero. Pero no solo eso: la flexibilidad es determinante. Los clientes exigen garantías y es por eso que las políticas de cancelación favorables y la transparencia serán la base fundamental de las condiciones de las reservas.
- El ‘boom’ de los hoteles rurales: Más privacidad y evitar aglomeraciones. Muchos han encontrado en los hoteles rurales un refugio donde poder cumplir encontrar esa intimidad y disfrutar de un entorno natural. Otra de sus principales ventajas, además de su ambiente acogedor y familiar, es que se encuentran en pequeños pueblos, enclaves que llevan en auge desde el levantamiento del confinamiento.