Extremadura cerró el segundo trimestre del año con 31.947 empresas con asalariados inscritas en el Régimen General de la Seguridad Social, un 6,3 % menos que en el mismo trimestre del año anterior, por encima del descenso nacional, que fue del 5,6 por ciento.
En cuanto al total de trabajadores afiliados, el trimestre concluyó con 384.671, un 5 % menos que en el mismo periodo de 2019, lo que supone una caída de más de 20.000 afiliados y 2.100 empresas menos.
Desde la Confederación Regional Empresarial Extremeña (CREEX), su Secretario General, Javier Peinado, ha considerado “lógica” la caída de afiliación, debido a la crisis económica, la paralización de muchos negocios y las dificultades a la hora de retomar la actividad. Peinado ha llamado la atención sobre el cierre de empresas, “que, si no se toman ya medidas valientes y decididas, puede ser solo la punta del iceberg”.
El Secretario General de la CREEX ha insistido en que una caída coyuntural del empleo “podría remontarse a medio plazo, pero para ello es necesario que las empresas aguanten, que no cierren, y eso solo ocurrirá si se las apoya, porque muchas están ya al límite”.
De este modo, Peinado ha reclamado que se decida ‘ya’ la prórroga de los ERTE al menos hasta final de año, y en condiciones que no penalicen a la empresa que tenga que utilizar esta figura. “Sabemos que el coste de esta medida para las arcas públicas es alto, no cabe duda, pero debe mirarse un poco más allá: ¿qué pasará si las empresas cierran, cuál será el coste? De manera muy esquemática, el Estado tendría que asumir las prestaciones por desempleo de cientos de miles de trabajadores, y las empresas dejarían de generar ingresos vía impuestos; eso sí que sería un coste alto, porque además, no habría manera de recuperar el empleo al menos hasta dentro de dos o tres años, que es el plazo de maduración media de un proyecto empresarial nuevo”.
Según ha señalado el Secretario General de la CREEX, debe eliminarse el cortoplacismo en las medidas, y la consideración del empresario como “un enemigo”, para ir a una visión amplia y que integre al empresariado como colaborador imprescindible en la recuperación. “Ningún empresario monta una empresa para despedir, lo hace para contratar, pero en determinadas circunstancias, como la actual, necesita instrumentos para flexibilizar y ajustar plantillas a la demanda, que pueda despedir hoy para contratar mañana o pasado, porque la alternativa es mucho peor, la alternativa es el cierre y todos los trabajadores al paro”, ha subrayado.
Por tanto, ha añadido, y siendo conscientes de que mantener los ERTE es una medida costosa “no existe alternativa mejor en este momento, eso está claro, y no nos fijemos solo en la cifra de desempleo o de caída de afiliación: fijémonos en que ha aún miles de trabajadores y miles de empresas en ERTE, y otras que van a entrar en los próximos meses y que hay que proteger para que sean el germen de la reactivación. Como he dicho ya tantas veces, sin empresas no hay empleo”.