Si bien los líderes pueden hablar, brindar comentarios, comunicar objetivos y manejar crisis, un atributo de un buen liderazgo es escuchar. Escuchar bien puede ayudarte a comprender las actitudes y motivaciones de otras personas, lo cual es esencial para construir relaciones cooperativas y productivas, así como para discernir qué relaciones sería mejor evitar.
Algunos líderes son naturalmente buenos oyentes. Cuando otros hablan, eliminan el ruido y las distracciones del entorno y se involucran plenamente con la persona que habla. Como la mayoría de las habilidades, escuchar es un comportamiento aprendido que se puede practicar y mejorar.
Para estar más en sintonía con tu equipo, comienza con estas técnicas para aumentar la atención que te ayudará a saber realmente lo que otros necesitan y lo que puedes hacer para ayudarles.
No hagas preguntas con dobles intenciones
Algunas preguntas se plantean con dobles intenciones; ocultan una doblez para arreglar, guardar, aconsejar, convencer o corregir a otros. Cuando tus preguntas comienzan con «¿No crees que …?» y terminan con «¿Tengo razón?» Probablemente intentes hacer que otros vean tu punto de vista en lugar de entender el de ellos.
Las preguntas bien elaboradas les dan a otros espacio para responder. En lugar de preguntar si alguien está contento en el trabajo, elije una pregunta que comience la conversación como «¿Cómo te van las cosas en el trabajo?» A medida que llegue la información, verifica tu comprensión. Haciendo una pregunta aclaratoria: «Parece que estás diciendo X, ¿verdad?». Transmite un interés genuino y mantén la conversación.
Sé un oyente reflexivo
Cuando recibimos información que no queremos escuchar, hay una tendencia a reaccionar con soluciones rápidas y reflexivas.
Hazte las siguientes preguntas para reflexionar más profundamente sobre lo que se dice:
- ¿Qué esperanza, miedo o preocupación está tratando de comunicar esta persona?
- ¿Qué suposiciones está haciendo?
- ¿Qué razonamiento ofrece?
Antes de responder, date un tiempo de espera, unos momentos de reflexión para considerar verdaderamente lo que otros están diciendo. Al pasar de un enfoque no reflexivo a uno reflexivo, no solo brindarás a los demás más espacio para hablar, sino que probablemente alcanzarás una comprensión más completa sobre cómo puedes abordar sus necesidades.
Presta atención al lenguaje corporal y a las señales no verbales
Lo que mostramos importa más que lo que decimos. El lenguaje corporal y otras señales no verbales revelan nuestros verdaderos sentimientos. Los oyentes atentos pueden recopilar información adicional simplemente observando los signos reveladores del cuerpo:
- Tono de voz
- Postura
- Contacto visual
- Semblante
Para los líderes, prestar atención vale la pena: diversas investigaciones han descubierto que las personas ofrecen voluntariamente menos información y hablan de manera menos articulada cuando hablan con oyentes desatentos, mientras que los oyentes atentos, valiéndose de su conocimiento de las señales no verbales, reciben información más relevante y detallada, incluso sin tener que pedirlo.