La EPA del tercer trimestre de 2019 revela un aumento de la ocupación de 69.400 personas, esto es una variación del 0,4% intertrimestral, significativamente por debajo de las previsiones estimadas para este periodo e igualmente inferior al promedio de crecimiento del empleo que se ha experimentado desde la salida de la crisis (174.816).
En términos desestacionalizados la variación intertrimestral se reduce al 0,1%, esto es, seis décimas porcentuales inferior al promedio del crecimiento registrado en el último año.
Estos datos indican que el ritmo de crecimiento del empleo se ha desacelerado intensamente durante el periodo de julio a septiembre, generándose en su mayor parte por motivos estacionales.
Como consecuencia, la variación interanual de la ocupación disminuyó con respecto al trimestre anterior y se situó en 346.300 ocupados más en el último año, esto es una variación en términos relativos del 1,8%, siete décimas porcentuales menos que el crecimiento experimentado en el trimestre anterior. El total de ocupados según esta encuesta se mantiene en los 19,8 millones de personas.
Con respecto al trimestre anterior, el aumento de la ocupación entre los asalariados (101.700) compensó la caída del empleo por cuenta propia (-30.700), siendo especialmente significativa la contracción del empleo entre los autónomos (-51.300) en este periodo.
En cuanto al tipo de contrato de los asalariados, el crecimiento del empleo se ha repartido entre los que tienen un contrato indefinido (25.100) y los que tienen un contrato temporal (76.600), elevando ligeramente la tasa de temporalidad que podría estar asociada al importante peso de la estacionalidad en el dato de creación de empleo del tercer trimestre.
Por sectores de actividad, el sector servicios (87.700), junto a la industria (51.200) han sido los sectores que han sustentado el crecimiento de la ocupación. No obstante, se ha de destacar que en el primero el crecimiento del empleo es sensiblemente inferior al esperado, lo que podría estar asociado a un menor crecimiento de la ocupación en sectores como el comercio, mientras que en el sector industrial sorprende el factor positivo de generación de empleo entre las manufacturas en un contexto internacional afectado por ciertas restricciones en las relaciones comerciales entre distintas áreas avanzadas.
Por su parte, se ha de destacar de nuevo la disminución del empleo en el sector de la construcción (-6.500),puesto que es el segundo trimestre consecutivo en el que se produce una contracción de la ocupación desde el final de la crisis.
En términos interanuales, se ha de destacar el incremento del empleo EPA de 346.300 personas se explica fundamentalmente por la variación del empleo asalariado (356.400), que experimenta una desaceleración de similar cuantía. Entre éstos se ha de destacar que el mismo se ha generado por aquellos con un contrato indefinido (387.900), compensando a su vez la caída entre los temporales para el mismo periodo (-31.500).
El crecimiento del empleo sigue sustentándose, aunque con menor intensidad en el sector servicios aportando cerca del 71% del total del crecimiento de la ocupación durante el último año. Se ha de destacar igualmente el significativo deterioro que se ha experimentado en el empleo en la construcción, observándose una disminución en su variación interanual a la mitadcon respecto el registro alcanzado en el trimestre anterior. Asimismo, el empleo en la industria mantiene una significativa mejoría durante este segundo trimestre aportando más de 90.000 empleos con respecto a los registros alcanzados en el mismo periodo del año anterior.
Por su parte, durante el tercer trimestre de 2019, el número de disminuyó en 16.200 personas (-0,5%) y se sitúa en 3.214.400. Esta es la menor reducción del paro en este trimestre desde el periodo de la crisis. Se ha de destacar que, una vez descontadas las variaciones estacionales, el desempleo aumentó en un 1,7% con respecto el trimestre anterior, siendo éste el segundo aumento consecutivo de esta variable en 2019. En los 12 últimos meses el paro ha disminuido en 111.600 personas, esto es, un 3,4%.
Los resultados de la EPA del tercer trimestre del año muestran un claro menor dinamismo de las principales variables del mercado de trabajo. Tanto el crecimiento del empleo como, en particular, la reducción de la tasa de desempleo se está ralentizando conforme lo están haciendo los principales indicadores que miden la evolución de la actividad productiva.
En un periodo, claramente favorable para los registros de ocupación, el avance del empleo se ha producido exclusivamente por factores estacionales, resintiéndose en mayor medida la ocupación en actividades que están fuertemente relacionadas con la evolución del consumo privado, como es el caso del comercio o la hostelería.
En términos anuales la valoración es aún positiva en cuanto a creación de empleo y se ha de destacar especialmente la contribución al crecimiento del empleo de la industria manufacturera, en un contexto de contracción de los intercambios comerciales internacionales, así como la consolidación del crecimiento de la contratación indefinida.
Tanto la pérdida de impulso del crecimiento de la ocupación, como las dificultades de reducir nuestro paro estructural son señales que, dentro de un contexto de desaceleración de la actividad productiva, exigen la adopción de medidas que flexibilicen nuestro marco jurídico de relaciones laborales e impulsen y estimulen la actividad económica.
Dentro de un ámbito de diálogo y concertación social, es fundamental que se analicen y se implementen un conjunto de medidas que permitan adaptarse a las empresas de menor dimensión al actual entorno de incertidumbre y de menor crecimiento económico, profundizando sobre aquellos aspectos relacionados con el crecimiento y la competitividad empresarial, garantes del fomento de la inversión productiva y, por ende, de la sostenibilidad de futuras tasas de crecimiento de la actividad y del empleo.