La lucha contra la discriminación es esencial para garantizar la igualdad de oportunidades para todos y promover la participación plena en la vida económica y social.
Para ello, el acceso al trabajo es fundamental pero, no se logrará mucho, si la discriminación continua dentro de la empresa en forma de discriminación laboral . En este sentido, los empresarios deben tomar conciencia de este hecho y definir las medidas adecuadas para prevenir conductas discriminatorias  o corregir las que se hayan producido.
La discriminación laboral supone toda distinción, exclusión o trato desfavorable hacia alguna o varias de las personas que trabajan en la empresa. Legalmente se reconocen, y son denunciables, varias razones de discriminación en el trabajo: por causa de origen (racial o étnico), de género, de orientación sexual, por discapacidad o por edad. También, por estado civil, condición social, ideologÃa religiosa o polÃtica, sindicalización o vÃnculos de parentesco.
Se considera, también, discriminación laboral las decisiones unilaterales de los empresarios que afecten a sus colaboradores en materia de retribución, jornada o demás condiciones de trabajo.
Formas de discriminación laboral
Se pueden distinguir cuatro formas de discriminación laboral:
- Discriminación directa: es la forma clásica de discriminación. Supone un trato desfavorable, de forma directa, atendiendo a alguna de las razones anteriores, especialmente: raza, género, religión, discapacidad, edad u orientación sexual.
- Discriminación indirecta: se produce ante una situación, aparente neutra, pero que provoca una desventaja particular para alguna persona.  Pueden ser, por ejemplo, con prácticas de trabajo o reglas internas.
- Acoso laboral: implica un comportamiento ofensivo o intimidante con el objeto de humillar o dañar a una persona.
- Persecución: supone un trato injusto de forma reiterada y deliberada, de modo directo o indirecto, sin que influyan las razones discriminatorias habituales. Puede ocurrir, con motivo de alguna queja o denuncia contra la empresa.
La discriminación laboral , en la actualidad, se puede presentar en cualquiera de las formas anteriores y tiene estas tres referencias:
- Discriminación sobre la mujer: se manifiesta, sobre todo, en forma de salarios y oportunidades. Son muchos los casos de remuneraciones más bajas realizando un mismo trabajo y con similar responsabilidad, de limitaciones para acceder a determinados puestos (especialmente de dirección) o los despidos en caso de embarazo. Puede aparecer acoso laboral en forma de lenguaje sexista o peyorativo y, en casos más serios, acoso sexual.
- Discriminación generacional: afecta, sobre todo, a los mayores de 45 años, pero también a las nuevas generaciones ( millennials ) que se sienten desplazados en entornos de trabajo incompatibles con sus habilidades y necesidades, y también dentro de las relaciones laborales más tradicionales.
- Discriminación contra la diversidad (por origen o discapacidad). se produce de forma directa o en forma de acoso laboral, creando en el entorno de la persona afectada un ambiente hostil, degradante, humillante u ofensivo.
Claves para combatir la discriminación laboral
Es esencial que las empresas reconozcan la discriminación y pongan en marcha prácticas destinadas a prevenirla y erradicarla. Se han de garantizar las medidas para que el principio de igualdad de trato y no discriminación sea real y efectivo.
Algunas medidas necesarias son:
- Fórmulas de contratación que garanticen un trato igualitario, en todos los casos, durante los proceso de selección. Romper con esteriotipos o prejuicios en cuanto a imagen o aspecto fÃsico y contratar bajo criterios objetivos de habilidades y competencias.
- Promoción laboral, formación y desarrollo profesional en las mismas condiciones.
- Compromiso de que las condiciones de trabajo, remuneración o jornada laboral no supongan un trato discriminatorio. Asegurarse que todos, en la empresa, conocen la legislación contra la discriminación y están implicados en cumplirla. .
- Vigilancia de las relaciones laborales para prevenir y atajar el acoso laboral. Sensibilizar y cultivar valores multiculturales y fomentar que, en el trato entre compañeros, destaque la tolerancia. Emplear siempre un lenguaje antidiscriminatorio muy claro.
Además de todo esto, hay que destacar que un entorno de diversidad tiene implicaciones muy favorables para la empresa.
- Es esencial para construir una cultura innovadora. Gracias a la aportación desde distintos ámbitos de ideas, experiencias y visión de las cosas. Ampliando enfoques se genera un pensamiento más creativo.
- Fomenta la integración. En entornos de alta diversidad e inclusión aumenta el sentido de pertenencia (employee engagement ) y se define un clima laboral más sano y colaborativo.
La correlación directa entre el carácter diverso y un ambiente laboral inclusivo ofrece resultados muy positivos en cuanto a productividad y rendimiento.
En definitiva, la empresa no es un actor al margen de la sociedad y sus prácticas dejan huella. Debe asumir una responsabilidad ante sus decisiones, como son las de prevenir conductas de discriminación laboral. Esto tiene, a su vez, un impacto directo sobre su actividad, ya que la valoración social de las empresas es cada vez más importante.  Además, la discriminación conlleva que la empresa no aproveche al máximo todo el capital humano del que puede disponer, con los conocimientos, experiencias y habilidades de todos sus miembros.
Trabajar en el reconocimiento de la diversidad y las prácticas antidiscriminatorias supone un beneficio para todos.