Uno de los puntos críticos de cualquier proyecto empresarial es la financiación. El hecho de aceptar un préstamo marca el punto de no retorno para cualquier emprendedor.
En muchas ocasiones, el único propósito para un emprendedor que solicita un préstamo bancario es que le sea concedido, sin pararse a pensar en aspectos tan importantes que pueden decidir el desenlace del proyecto, tales como el tipo de interés, el plazo de pago o la cantidad que se solicita.
A continuación, vamos a ver los errores que cometemos al solicitar un préstamo al banco.
- La cuota que se puede o no pagar
La cuota a pagar del préstamo es una variable muy importante. La clave radica en saber hasta dónde nos conviene endeudarnos. Es aconsejable que la cuota sea el 20% o 30% de los ingresos. Además, es importante tener en cuenta que la entidad bancaria no confiará en nosotros si destinamos la mayoría de nuestros ingresos a pagar la deuda.
- No disponer de presupuestos
Para evitar sorpresas desagradables, es necesario calcular de manera precisa el importe que vamos a solicitar. Para ello, es imprescindible que conozcamos el mercado y saber en qué vamos a emplear el dinero del préstamo. Tendremos que analizar a los distintos proveedores y elaborar una relación de facturas proforma de los bienes que pretendemos adquirir.
- Plazo de devolución excesivo
Es importante que tengamos en cuenta a la hora de configurar el préstamo, que cuanto mayor sea el plazo de pago, menor será la cuota. Pero, generalmente, lo más aconsejable es que el plazo de devolución sea el menor posible, ya que a mayor número de años, más intereses pagaremos al banco.
Tampoco debemos perder de vista el activo que vamos a financiar con el préstamo. Si, por ejemplo, con el préstamo vamos a comprar unos equipos informáticos que quedarán obsoletos en 2 años, lo lógico será que el plazo de devolución del préstamos sea algo superior a este tiempo.
- No trabajar un plan de financiación
Debemos fijar las condiciones de la operación en función de la necesidad de nuestro proyecto, no desde el punto de vista del banco. Tenemos que elaborar un estudio de viabilidad, y contemplar un plan de inversión y de financiación que sustente la solicitud, al margen de lo que exija el banco.
- La cantidad de dinero solicitada
Como emprendedores, debemos pedir lo que necesitamos y no quedarnos cortos ya que, si obtenemos la financiación, luego no podremos pedir más capital hasta que amorticemos el préstamo. Pero tampoco podemos pedir más de lo debido, ya que ningún banco estará dispuesto a financiarnos un depósito simplemente para que durmamos tranquilos.
- Igual lo que necesitamos no es un préstamo
Elegir correctamente el producto financiero que necesitamos es fundamental. Un préstamo sirve para financiar la compra de activos productivos y, en menos medida, para financiar tesorería.
Si lo que queremos principalmente es financiar la tesorería de nuestra empresa, quizá lo mejor sea solicitar una póliza de crédito, que nos da flexibilidad a la hora de disponer del capital.
- El tipo de interés
El tipo de interés es el precio que vamos a pagar por el dinero prestado. Debemos controlar cómo está el mercado y comparar los tipos de interés de los distintos bancos para no aceptar la primera oferta que recibamos.
- La cancelación anticipada
No podemos perder de vista la idea de poder cancelar el préstamo antes de tiempo. Para ello, es necesario conseguir una buenas condiciones de cancelación anticipada. En este sentido, generalmente, los bancos suelen utilizar el método francés, que consiste en establecer una cuota fija y más intereses al principio, y muy pocos al final. Si las comisiones de cancelación son altas, puede no compensar cancelar el préstamo antes de tiempo.
- No mentir al banco
Por un lado, es necesario que mostremos los verdaderos motivos por los que solicitamos el préstamo. Y, por otro, no debemos ocultar los problemas económicos o financieros que podamos tener porque, antes o después, el banco los descubrirá.
- No conocer lo que se firma
Cuando nos conceden la aprobación de un préstamo, procedemos a la firma del contrato del contrato, en ocasiones sin pararnos a mirar la parte contractual. Por lo tanto, debemos revisar todas las condiciones ofertadas y comprobar todos los productos que el banco pueda vincular al préstamos, como seguros, tarjetas, nuevas cuentas, etc.