Es posible que alguna vez hayas oído habar de la microgestión, aunque es una técnica cada vez menos utilizada por las empresas. Se trata de un modelo de gestión de equipos de trabajo en el que la persona responsable se centra en observar e intentar corregir los pequeños detalles o errores.
El objetivo de la microgestión es lograr mejorar los ratios de rendimiento mediante un seguimiento pormenorizado.
Pero en ocasiones, este modelo de gestión de equipos puede tener un impacto negativo en los grupos de trabajo. A continuación te lo contamos.
Consecuencias negativas de la microgestión
La microgestión es utilizada por muchos responsables de equipos pero, generalmente, no tiene el impacto que se espera. Sus consecuencias negativas son las siguientes:
- Pérdida de eficiencia. El hecho de dedicar excesivo tiempo a los pequeños detalles reduce la eficiencia, ya que se invierte un tiempo valioso en cuestiones que, por lo general, son irrelevantes. Por lo tanto, se resta tiempo a otros asuntos que tienen más importancia en la empresa perdiendo eficiencia.
- Aumento del estrés. Cuando la persona responsable del equipo está demasiado pendiente de los detalles más pequeños, ejerce mucha presión sobre los empleados, de modo que puede incrementar el estrés de estos, lo cual puede producir problemas de burn out o síndrome del quemado.
- Desmotivación. Una de las principales características del responsable de equipos que utiliza la microgestión es que casi nunca está dispuesto a delegar sus funciones. Si a eso le añadimos que tiende a realizar una inspección a todo lo que hacen todos los trabajadores, es normal que surja la desmotivación, ya que los empleados sienten que no se confía en ellos.
- Empeoramiento del ambiente de trabajo. Un buen ambiente laboral es indispensable para el buen funcionamiento de una empresa. No obstante, cuando un responsable está excesivamente pendiente de cada pequeño detalle o error mínimo, puede surgir la crispación entre los empleados, de modo que el ambiente de trabajo empeora considerablemente.
Cómo evitar las consecuencias negativas de la microgestión
Si en tu empresa tienes algún empleado que está utilizando la microgestión con su grupo de trabajo, es necesario que le trasmitas que lo más importante para una empresa es la productividad global, y que saber delegar y hacerlo es importante para logar un optimo rendimiento por parte de los trabajadores.
Técnicas alternativas a la microgestión
Para ayudar a que un grupo de trabajo aumente su productividad existen varias técnicas que pueden ser una alternativa a la microgestión.
Una de ellas es la famosa técnica Pomodoro, cuyo objetivo es logar realizar las tareas en bloques de tiempo de 25 minutos. Así, se puede validar la capacidad de producción controlando los progresos del grupo de trabajo en cada bloque de tiempo.
Otra de ellas es la conocida como Matriz de Eisenhower, interesante para trabajadores que tienden a dispersarse. Esta técnica les obliga a priorizar lo que es importante y evitar pérdidas de tiempo en tareas que resultan poco rentables.
La microgestión es una técnica que cada vez se utiliza menos porque se considera poco recomendable para el liderazgo empresarial. Es aconsejable fomentar otros modelos más flexibles, que aumenten la productividad y que se centren en los aspectos que son realmente importantes para el buen funcionamiento de la empresa.
