España avanza en digitalización. Así lo pone de manifiesto el índice de la Economía y Sociedades Digitales (DESI) 2018, que resume cinco indicadores del rendimiento digital de Europa y que permite un seguimiento de la evolución de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) en la competitividad digital.
Según el informe, España ocupa el décimo puesto en digitalización en la UE, con la mayoría de los países nórdicos a la cabeza, y sube un puesto en este ránking con respecto al año anterior. Sin embargo, a pesar de mostrar un mejor rendimiento en todas las dimensiones que mide DESI, España sigue por detrás de la media de la UE en lo que se refiere a capital humano.
En este sentido, los niveles de competencias digitales básicas y avanzadas de los españoles siguen siendo inferiores a la media de la UE. Solo el 55 % de las personas entre 16 y 74 años tienen capacidades digitales básicas y el porcentaje de especialistas en TIC representa una proporción menor dentro de la población activa en comparación con la UE (3% frente a un 3,7% en la UE), con las consecuencias que esto tiene para el desarrollo y la competitividad de la economía de nuestro país.
Adigital, la Asociación Española de la Economía Digital, señala que, si bien es muy positivo el avance de España en digitalización, es necesario seguir trabajando para la mejora de las competencias digitales de su población. De ellas depende tanto el acceso al empleo y el consumo de bienes y servicios como la participación ciudadana. “Es un hecho que el futuro del crecimiento económico de España pasa por la innovación y la digitalización. Que casi la mitad de los españoles carezca de competencias digitales supone un gran riesgo para el desarrollo de nuestra economía y para la empleabilidad y el progreso profesional de los ciudadanos”, afirma José Luis Zimmerman, Director General de Adigital.
En esta línea, la Asociación Española de la Economía Digital demanda la creación de un proyecto político de transformación digital que contemple, como pilar básico, la revisión del currículo nacional en todos los niveles educativos (educación infantil, primaria y secundaria) para adecuarlo a las necesidades que exige un contexto global cada vez más innovador y tecnológico. Bajo esta premisa, Zimmerman expresa que “es fundamental una apuesta firme por un modelo educativo digital, continuo e inclusivo, acompañado también de una actualización del mapa de titulaciones universitarias y del fomento de la formación profesional permanente en el ámbito digital. Y todo ello desde una perspectiva de género: trabajando para reducir la brecha tanto en las vocaciones formativas como en el acceso a esa formación y al mercado laboral posterior».
Del mismo modo, Adigital recuerda que aprovechar todo el potencial de la economía digital supone también aumentar el número de especialistas TIC y reciclar las capacidades de la mano de obra. La carencia de capacidades digitales ralentiza el crecimiento económico y la capacidad de innovación de las empresas.
Según los datos del informe de Adigital, “España Nación Digital”, España se encuentra todavía lejos de las economías digitales líderes a nivel mundial, lo que revela que la necesidad de establecer un Plan Estratégico para la Transformación Digital de España, que tenga en cuenta el carácter transversal de la digitalización y refuerce los mecanismos de colaboración entre los actores públicos y privados para establecer una dinámica que impulse la innovación y favorezca la inversión en I+D+i.
“Los resultados de DESI son un claro reflejo de los temas que deberían preocupar al futuro gobierno y los asuntos que debe tomar como prioridad para que España no se quede atrás en está revolución digital, de la que dependerá el futuro y bienestar de los ciudadanos de nuestro país”, concluye Zimmermann.
[1] Comisión Europea. “Índice de la Economía y Sociedades Digitales (DESI) 2018, Informe de país para España”