La Confederación Vallisoletana de Empresarios CVE, ha elaborado un documento que recoge las propuestas de los empresarios de cara a construir un Valladolid más próspero.
Este documento de propuestas ha sido remitido en la mañana de hoy a los principales partidos políticos que concurrirán a las elecciones municipales del mes de mayo, para que tengan conocimiento de todas ellas, y puedan debatirse con los principales candidatos a la alcaldía del Ayuntamiento de Valladolid en un foro empresarial y abierto que se celebrará el lunes 25 de marzo a las 20:30 h en el Salón de Actos de CVE.
En el documento, la Confederación Vallisoletana de Empresarios, repasa diferentes aspectos que considera necesario abordar durante los próximos años.
En materia de infraestructuras, destacan asuntos como el soterramiento de las vías a su paso por la ciudad de Valladolid, avanzar en la ejecución de la autovía A 11 tal y como está proyectada en la actualidad, abordar el tercer carril en la A 62, o proyectar elParque Agroalimentario ahí donde quieren situarse las empresas, es decir, en el entorno de Centrolid.
En materia de ciudad, se realizan propuestas dirigidas a dar solución al cese de actividades en el centro de Valladolid, regenerar las zonas industriales, el desarrollo de la Agenda Digital, y preparar la ciudad para facilitar una transición ordenada hacia la sustitución del vehículo de combustión.
En materia económica, la Confederación Vallisoletana de Empresarios solicita una reducción de la presión fiscal sobre el trabajo y avanzar de forma decidida en la flexibilización del mercado de trabajo.
El documento de la Confederación Vallisoletana de Empresarios, también se centra en aspectos relacionados con la Universidad, la Formación Profesional Dual, el turismo y el apoyo al medio rural, con medidas concretas que ayuden a su desarrollo económico a fin de fijar la población en estas zonas.
El soterramiento en Valladolid
CVE se inclina por una opción no conformista, sostenible y de futuro, como es la de la “depresión” de las vías, manteniendo la Estación. Con posterioridad, y mediante fases, se podrá ir cubriendo poco a poco el recorrido del ferrocarril a su paso por la ciudad.
La Confederación Vallisoletana de Empresarios destaca que ésta es una solución intermedia entre la ideal, que sería la ejecución del Plan Rogers, pero que partiendo de la información de la que se dispone parece que es de dudosa viabilidad, y el modelo de integración propuesto por el Ayuntamiento.
La opción de la depresión de las vías a su paso por Valladolid, es mucho más barata que el Soterramiento y, desde un punto de vista técnico, perfectamente ejecutable.
Esta propuesta de CVE no pretende una ejecución inmediata sino que se diseñe para ejecutarse en la segunda mitad de la siguiente década. Mientras tanto, las obras de “conexión” que se necesite hacer, deberán estar encaminadas al resultado final.
CVE considera que hay que evitar “llenar el recorrido de las vías” con pasos subterráneos que posteriormente entorpezcan cualquier solución de deprimir las vías. Las conexiones que hagan falta, deberán ser, en la medida de lo posible, por encima de las vías, lo que no impedirá dentro de unos años actuar sobre ellas sin alterar el paso de personas y vehículos.
En otras ciudades en la que se están realizando operaciones similares como es el caso de Murcia, Logroño o Santander, siempre se ha destacado los beneficios que la operación supone para las desigualdades que se vienen en sus respectivas ciudades, con el argumento de no convertir a los barrios en guetos por la división artificial que provocaban las vías, o los beneficios que va a suponer para los vecinos que viven en la zona que se soterrará y donde se dará un salto importante en infraestructuras e inversión.
En el caso de Valladolid esto no es diferente, y la Confederación considera esta opción como un proyecto de ciudad que va a acabar con los vecinos de primera y de segunda categoría, va a dar respuesta a una demanda colectiva de toda la sociedad civil vallisoletana, va a mejorar de forma sustancial la movilidad y la permeabilidad en Valladolid, va a generar importantes inversiones y puestos de trabajo durante la ejecución de las obras y que, por lo tanto, es merecedor de una importante inversión por parte del Ayuntamiento de Valladolid y de la Junta de Castilla y León.
Con esta solución se conseguiría:
Desde el punto de vista social: eliminar la barrera artificial que supone el ferrocarril y con ello acabar con la situación actual de vecinos de primera y de segunda categoría.
Desde el punto de vista urbanístico: eliminar las vías eliminaría la barrera y con ello la alteración del urbanismo en Valladolid.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad: mejorar y ordenar la movilidad en Valladolid, lo que reduciría las emisiones. Además, tras la cobertura de las vías, tendríamos más espacios verdes que contribuirán a mejorar la calidad del aire
La Autovía del Duero (A11)
CVE recuerda en su documento de propuestas que, tras una complicadísima tramitación que arrancó en el año 2002, por fin, a finales de 2018, el Ministerio de Fomento ha aprobado el proyecto de construcción de los tramos Quintanilla -Olivares y Olivares – Tudela de Duero, y, en enero de 2019, se han iniciado los trámites de expropiación de los propietarios afectados.
El problema es que la Declaración de Impacto Ambiental de ese tramo conflictivo se publicó en el BOE de 15.08.2012, y que la Ley 21/2013, de Evaluación Ambiental (DIA), que entró en vigor el día 12.12.2013 (al día siguiente de su publicación en el BOE), establece en su Disposición Transitoria Primera que las DIA anteriores a la entrada en vigor de la Ley tienen un plazo de caducidad de 6 años desde la publicación de la Ley, es decir, hasta el 12.12.2019.
Si la construcción de esos tramos no se inicia antes de esa fecha (basta con iniciar las obras, por pequeña que sea la actuación), caducará, y habrá que reiniciar un procedimiento que ha llevado décadas completar, lo que determinará un parón de muchos más años en el desarrollo de la Autovía del Duero. Para iniciar la obra debe licitarse, y, para ello, haber presupuesto.
Dejar caducar esa DIA y reabrir el debate sobre el trazado sería una irresponsabilidad histórica, que condenaría a Valladolid y la provincia a una nueva década sin autovía del Duero en ese importante tramo, esencial para el desarrollo del turismo vitivinícola y básico para el transporte por carretera.