La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha señalado que cualquier política de uso razonable del roaming debe ser lo «suficientemente amplia» para favorecer que los usuarios que viajan periódicamente puedan hacer un uso normal de sus tarifas domésticas en itinerancia.
La CNMC ha participado en la consulta pública realizada por la Comisión Europea en relación con la revisión del mercado de itinerancia, en la que han participado casi un centenar de organismos, empresas y particulares para definir cómo deberán eliminarse los recargos por itinerancia minorista a partir del 15 de junio de 2017.
En su respuesta, el organismo regulador subraya que la política de utilización razonable del roaming, que se establece para impedir los abusos, deberá permitir que los usuarios que viajan periódicamente puedan consumir en itinerancia a precios domésticos dentro de unos límites.
«Esta utilización razonable debería, por tanto, poder cubrir las necesidades de aquellos usuarios que viajen con una cierta asiduidad, pero no necesariamente a los grandes consumidores de itinerancia», remarca la CNMC, que recuerda que estos usuarios tienen incentivos para contratar planes de tarifas en los que se contemple específicamente el consumo de itinerancia.
A este respecto, agrega que el número de días debería ser definido de manera armonizada a nivel de la UE y propone que para su cálculo se tenga en cuenta que hay países en los que la mayoría de residentes no
viajan nunca, así como el número mínimo de días que los usuarios europeos disponen para sus vacaciones, alrededor de 35.
ELIMINACIÓN DE LOS RECARGO
En noviembre de 2015 se modificó el actual Reglamento de Itinerancia introduciendo, entre otras medidas, la eliminación de los recargos por roaming minorista a partir del 15 de junio de 2017. Entre el 30 de abril de 2016 y el 14 de junio de 2017 se desarrollará un periodo transitorio en el que los operadores podrán sumar un pequeño recargo a las tarifas nacionales.
A este respecto, la CNMC remarca que, aunque las fuerzas de los mercados mayorista y minorista están funcionando en la dirección correcta, es necesario analizar si es suficiente para que en junio de 2017 se den las condiciones para que la supresión de los recargos sea sostenible «en todos los países y para todos los tipos de operadores».
En su opinión, la sostenibilidad deberá ser analizada no sólo en relación con el mercado mayorista, sino también a la vista de los niveles de uso razonable que se determinen y del límite de itinerancia en permanencia.
En esta línea, ve importante que las cautelas recogidas en la normativa para evitar crear una situación insostenible para algunos países o tipos de operadores se apliquen «de manera excepcional», con el fin de preservar las expectativas de los consumidores de poder utilizar las tarifas nacionales dentro de la UE y la aplicación efectiva del reglamento.
Respecto a las dificultades que puedan tener los Operadores Móviles Virtuales (OMV) para acceder a este servicio, la CNMC afirma que los reguladores nacionales son los mejor posicionados para analizar cada caso concreto y asegurar, si es necesario, que se beneficien también de los precios más ventajosos que obtienen sus operadores anfitriones.
Asimismo, el organismo española apunta que para evitar distorsiones en el funcionamiento de los mercados mayoristas de itinerancia, deberán establecerse unos precios máximos mayoristas que no sólo cubran estrictamente los costes, sino que además fomenten la competencia en infraestructuras y el desarrollo de las inversiones necesarias.
En concreto, apunta que si algún operador no puede recuperar los costes mayoristas de itinerancia, tendrá que internalizar las pérdidas y, en consecuencia, podría llegar a trasladarlas a sus usuarios aumentando el precio de los servicios domésticos, viajen o
no.
Además, advierte de que si el precio mayorista es insuficiente para abordar las inversiones necesarias ante el aumento de tráfico esperado, los operadores podrían verse obligados a disminuir la calidad del servicio tanto para sus usuarios como para los visitantes o incluso existiría el riesgo de que algunos tuvieran la tentación de discriminar el tráfico de itinerancia degradándolo a servicio de segunda categoría.