La nota de solvencia de la deuda soberana de España, situada actualmente en ‘A-‘ con perspectiva positiva, probablemente no se verá afectada de manera inmediata por los recientes acontecimientos políticos, incluyendo la convocatoria de elecciones anticipadas para el próximo 28 de abril, según ha indicado la agencia S&P Global Ratings, que subraya el buen comportamiento de la economía española, a pesar de la división política.
«Los ratings de España probablemente no se verán afectados de inmediato por los acontecimientos políticos recientes», afirma la agencia, que tiene previsto actualizar su valoración de España el próximo 22 de marzo.
En este sentido, la calificadora de riesgos apunta que, en vista del «descosido panorama político de España», no espera que las elecciones anticipadas otorguen un mandato efectivo al próximo Gobierno, por lo que considera poco probable que se resuelvan en el corto plazo los principales desafíos económicos de España, incluido el desempleo estructuralmente alto y el sustancial déficit de la Seguridad Social.
De este modo, S&P señala que la posibilidad de una débil coalición de Gobierno tras los comicios cuestiona el ritmo de la futura consolidación presupuestaria del país, que la agencia prevé que «será lento durante los próximos años», especialmente si no hay una aproximación más resuelta a la hora de abordar el déficit del sistema de la Seguridad Social.
No obstante, la calificadora de riesgos destaca que las divisiones políticas «no han frenado el desempeño económico de España», cuya economía «lo está haciendo bien», a pesar de la desaceleración registrada en el crecimiento de algunos de sus pricipales socios comerciales, por lo que S&P anticipa que el país seguirá creciendo durante los próximos tres años por encima de la media de la eurozona.
«El sólido desempeño económico de España refleja las mejoras de competitividad ganadas con dificultad, incluyendo las debidas a las reformas laborales de 2012», apunta S&P, que destaca que España haya logrado superávits por cuenta corriente y capitales desde 2013, a pesar del incremento de la demanda doméstica desde 2015.
Si bien las divisiones políticas pueden no afectar significativamente a las perspectivas económicas en el corto plazo, la agencia advierte de que la incapacidad acumulada de las autoridades para abordar los retos pendientes en la economía «podría afectar el desempeño económico en el medio y largo plazo».