El arbitraje internacional representa un instrumento eficaz para la solución de los conflictos que pueden surgir entre empresas. Así se puso de relieve en la jornada sobre Arbitraje Internacional en Iberoamérica, organizada recientemente por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos (CEIB), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y el Centro Iberoamericano de Arbitraje (CIAR).
En el encuentro, que contó con la participación de profesionales de la empresa y expertos de las cuestiones jurídicas, se abordó la contribución del Centro Iberoamericano de Arbitraje, iniciativa apoyada por la SEGIB, para dar respuesta a los conflictos que surgen en las relaciones comerciales de las empresas de los 21 países iberoamericanos.
Además, se firmó el Acuerdo entre CIAR y CEIB para fomentar el uso de la cláusula CIAR entre las empresas iberoamericanas, reconociendo el uso de los beneficios del arbitraje internacional como instrumento para solucionar conflictos. Un acuerdo que, en palabras de Narciso Casado, secretario general permanente de CEIB y director general de CEOE Internacional “supone el respaldo de los empresarios iberoamericanos a un Centro de Arbitraje que es reflejo de la identidad iberoamericana y el firme apoyo a un instrumento común para resolver conflictos, accesible económicamente,con un lenguaje y jurisdicción cercana y en consonancia con nuestro entorno social, político y económico. En definitiva, Una iniciativa especialmente destinada a las pymes”.
En este sentido, el presidente de CIAR, Luis Martí, señaló que, hasta hace poco, existía una demanda insatisfecha de un sistema de arbitraje por parte de las empresas; “las pymes, sobre todo, necesitaban soluciones arbitrales”, por lo que SEGIB tomó la iniciativa de impulsar el proyecto CIAR y lo llevó ante las Cumbres de Jefes de Estado y de Gobierno, lo que consolidó la propuesta de un centro de arbitraje iberoamericano, impulsado por las organizaciones empresariales y de los profesionales de la abogacía de esta área geográfica. Martí destacó que “el arbitraje accesible es un acto de libertad convencional” y afirmó que los contenciosos en esta región constituyen la mayor fuente de conflicto entre empresas iberoamericanas que poseen culturas jurídicas distintas.
El presidente de CEOE, Antonio Garamendi, que intervino en la inauguración de la jornada se refirió también a los problemas que encuentran los empresarios cuando tienen que acudir al juzgado en otro país y añadió que la seguridad jurídica es un elemento esencial para el desarrollo de la inversión y el comercio transnacionales y que un buen sistema de resolución de conflictos proporciona seguridad a inversores y empresarios. En su opinión, además, los países iberoamericanos comparten, en su mayoría, el mismo idioma y la misma cultura, lo que resulta una ventaja muy importante a la hora de abordar de manera conjunta los posibles contenciosos que puedan surgir entre sus empresas.
Por su parte, Rebeca Grynspan, secretaria general de SEGIB, insistió en que la mayoría de conflictos en materia comercial que se producen entre empresas iberoamericanas se están resolviendo mediante mecanismos que, si bien tienen un gran prestigio, son ajenos a la región y utilizan procedimientos ajenos a “nuestra cultura jurídica, los árbitros no son iberoamericanos, los costos son significativos, y los plazos de resolución muy prolongados».
El sistema de arbitraje iberoamericano, impulsado desde CIAR,constituye un mecanismo ágil, poco burocratizado, que da plena confianza tanto a los operadores económicos como jurídicos de la región; cuenta con una amplia lista de árbitros iberoamericanos de máxima calidad, designados de forma transparente según antecedentes, especialidad e idoneidad a partir de propuestas de los asociados de estos países y respetando normas deontológicas muy claras relacionadas con los árbitros, su designación y comportamiento. Además, según concluyó Bernardo Cremades, de Cremades & Asociados, “CIAR da solución a los conflictos con criterios empresariales, lo que resulta en un importante nicho para las pymes”.