El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha pedido a los bancos españoles que hagan frente al reto de la rentabilidad pero sin recaer en un aumento «indebido» de los riesgos por la relajación de los estándares del crédito al consumo, constatando al mismo tiempo un «claro» aumento de las tasas de expansión crediticia.
Durante su intervención en el 14º Encuentro del Sector Bancario organizado por el IESE e EY, Hernández de Cos ha asegurado que, pese a que el crédito al consumo no supone más allá del 5% del balance de las entidades, se observan tasas de crecimiento crediticio de entre el 15% y el 20% en términos interanuales, así como un «sustancial» aceleramiento de la morosidad como elemento asociado y sintomático.
«No podemos olvidar que la búsqueda de negocios rentables no puede realizarse a expensas de la necesaria vigilancia de las condiciones de concesión de los créditos», ha alertado el gobernador. En su opinión, esta premisa es «básica» y condición «necesaria» para una adecuada gestión del riesgo crediticio.
De este modo, De Cos, que ha indicado que esta situación sugiere una «cierta» relajación de los criterios de admisión y selección de riesgo, ha pedido no olvidar las lecciones de la crisis.
«El crecimiento observado supone un elemento de cautela. No sería admisible que, nuevamente, la búsqueda de una fuente alternativa de ingresos a corto plazo pasase a convertirse en una fuente potencial de pérdidas a futuro», ha aseverado.
En este sentido, las políticas de fijación de precios de producto o servicio «coherentes, exhaustivas y rigurosas» son consideradas por el Banco de España como fundamentales para asegurar una adecuada rentabilidad ajustada al riesgo. Esto debería garantizar que el precio que se cobra por un producto o servicio se corresponda, al menos, con su coste total, incluida la prima de riesgo inherente a cada tipo de operación.
La reducida rentabilidad del sector bancario se manifiesta sobre todo en su negocio en España. Para hacer frente a este escenario, la gran banca ha ido aumentando su actividad internacional, que ha supuesto una «importante diversificación de riesgos y valiosa» fuente de rentabilidad durante la crisis.
No obstante, esta presencia se concentra en unas pocas entidades y no está tampoco exenta de retos. Actualmente, algunas de las economías emergentes a las que las entidades españolas están expuestas –como Turquía, México y Argentina en el caso de BBVA– están atravesando dificultades considerables. Con todo, la diversificación geográfica de los bancos es un elemento de «valor añadido y estabilidad a medio y largo plazo y es relevante para evaluar la rentabilidad y el riesgo».
LADRILLO TÓXICO
Por otro lado, Hernández de Cos se ha referido a los activos improductivos y préstamos dudosos como otro de los retos a los que se enfrenta la banca, aunque ha admitido el «evidente» saneamiento llevado a cabo durante los últimos años.
Los activos dudosos al sector privado, que han disminuido un 60% desde su máximo en 2013, se sitúan actualmente en el mismo nivel que en 2009. Los activos adjudicados han seguido un patrón similar, reduciéndose un 40% desde el máximo alcanzado en 2012. «La recuperación económica sin duda ha contribuido a este proceso, pero esto se explica también por la gestión activa de las entidades de crédito y por la propia presión supervisora», ha añadido.
A pesar de estas mejoras, la aplicación de un modelo interno del Banco de España desarrollado para predecir la ratio de morosidad del crédito al sector privado residente en función de las principales variables macroeconómicas de la economía española, que no incluye la predicción de operaciones de venta de carteras de crédito dudoso, estima que para el año 2020, el valor de esta ratio pudiera encontrarse todavía en el entorno del 4%.