Con la vuelta al trabajo y a las rutinas y dejando atrás los cálidos días de playa no es de extrañar que sean muchos los trabajadores que experimenten lo que se conoce como depresión postvacacional.
Estamos hablando de un síndrome que, según los datos de Acierto.com, sufrirán entre al 45% y 65% de los españoles estas próximas semanas.
El perfil de riesgo, no obstante, es el de aquellos más jóvenes que no acaban de sentirse valorados en su puesto, no reciben una remuneración acorde a sus funciones, etcétera. En concreto, los más perjudicados serán los menores de 40 años. Pero, ¿cómo podemos identificar si sufrimos depresión postvacacional? ¿Y mitigar sus efectos? ¿Se trata realmente de una «depresión»?
El comparador de seguros de salud responde a estas y a otras cuestiones. Para empezar. el problema suele manifestarse con síntomas como la fatiga, malestar físico, sueño, falta de energía y hambre, y dolores musculares. Estos pueden darse juntos o por separado. Y también se evidencia en forma de nerviosismo, apatía, mal humor y tristeza. Sin embargo, sobrellevarlo es posible si ponemos en marcha unos consejos prácticos.
Consejos para superar la depresión postvacacional
Por fortuna y tal y como apunta Acierto.com, encontramos algunas pautas que nos permitirán vencer a la depresión postvacacional. Por ejemplo, no alargues las vacaciones hasta el día antes de incorporarte, trata de regresar unas jornadas antes para que la adaptación sea más paulatina.
Mantener unos buenos hábitos alimentarios te ayudará a centrarte. Apuesta por alimentos ricos en proteínas en lugar de los hidratos de carbono e hidrátate bien. Opta por algo ligero durante la jornada laboral, si no quieres tener una pesada digestión en el trabajo. Recuerda practicar ejercicio físico, te permitirá segregar endorfinas -las hormonas de la felicidad- y a regular el sueño.
Precisamente si hablamos de sueño, dormir bien -horas y condiciones- será fundamental. Intenta levantarte un poco antes para ahorrarte las prisas y el estrés. Establece tus rutinas y trata de volver a los buenos hábitos unos días antes, de forma gradual. Intenta cumplir unos horarios y, si te sientes incapaz, programa alarmas que te lo recuerden en el teléfono.
En el trabajo, no te cargues de responsabilidades en exceso y trata de actualizarte a un ritmo asequible. Prioriza y no te exijas más de lo que puedas dar; sí, por muy rápido que quieras ponerte al día. Recuerda que las necesidades son relativa. Intenta controlar la ansiedad anticipatoria y los pensamientos negativos irracionales. Y cuando acabes la jornada, haz borrón y cuenta nueva. En tu casa no deberían entrar los problemas del trabajo. Relativiza todo lo que te resulte posible. Siempre ayuda tomar un poco de perspectiva. Y sé asertivo.
Cuándo consultar al especialista
A pesar de lo comentado, es necesario mencionar que no hay que confundir la depresión postvacacional con una verdadera depresión. De hecho, la que nos ocupa es solo un malestar transitorio que por lo general no dura más de dos semanas; de un proceso de adaptación que entra dentro de la normalidad y que requiere de cierta tolerancia a la frustración.
Precisamente por esto deberíamos consultar al especialista si las sensaciones referidas se alargan más de lo habitual. Un punto en el que un seguro de salud puede resultar de gran ayuda, pues agiliza el acceso a especialistas como el psicólogo y el psiquiatra, imprescindible en estos casos.No obstante, las condiciones dependen de cada entidad, pues son muchas las aseguradoras que establecen limitaciones por número de consultas, por ejemplo.
Opciones interesantes son la que ofrecen Adeslas y Cáser, por ejemplo, que contemplan 20 consultas anuales -y esta primera hasta 40 en algunos casos muy concretos como los trastornos de la alimentación-. Las pólizas de reembolso también pueden resultar muy útiles a aquellos que quieran elegir al especialista (de fuera del cuadro médico). Lo habitual es que se les reembolse el 80% de la factura.