Los préstamos a los hogares y empresas de la zona euro crecieron durante el pasado mes de julio un 3% y un 4,1%, respectivamente, manteniendo así el mismo ritmo de expansión que el mes anterior, lo que representa el mayor incremento desde 2009, según los datos publicados por el Banco Central Europeo (BCE).
En concreto, los préstamos a empresas, ajustados por ventas y titulizaciones, aumentaron en julio un 4,1% interanual, en línea con el dato de junio, cumpliendo así 34 meses seguidos al alza. De hecho, el ritmo de crecimiento observado en julio fue el mayor desde mayo de 2009.
Por su parte, los préstamos a hogares, ajustados por ventas y titulizaciones, aumentaron el mes pasado un 3% interanual, igual que en junio, su mayor alza desde febrero de 2009, acumulando 44 meses seguidos de expansión.
Los préstamos hipotecarios para la compra de vivienda, el principal componente del crédito a las familias, subieron un 3,4% interanual en julio, frente al 3,1% del mes anterior, registrando su mayor repunte desde septiembre de 2011.
Por otro lado, el BCE informó de que la masa monetaria M3, la medida de control monetario más amplia, registró en julio un incremento del 4% respecto al mismo mes de 2017, medio punto porcentual por debajo del crecimiento del 4,5% del mes anterior.
En este sentido, los analistas de ING señalan que, a pesar de que el crecimiento de los préstamos a empresas y particulares es el más rápido desde la crisis, el cambio en el crecimiento del crédito se ha ralentizado, añadiendo que en comparación con el mes anterior no se registraron cambios.
«El ritmo de crecimiento respalda las inversiones en la economía, pero el impulso de crédito sigue siendo bastante débil», apunta Bert Colijn, economista senior para la zona euro de la entidad holandesa, quien destaca que «resulta alentador que la reciente incertidumbre económica global no se ha traducido en un crecimiento más lento de los préstamos», aunque no sugiere que los próximos meses vayan a traer un repunte sustancial en el crecimiento de la economía.
«En la superficie, la evolución monetaria no fue del todo mala, pero no proporciona la potencia de fuego necesaria para un fuerte final de año», advierte el experto.