Puede que, como te ha ocurrido en otras ocasiones, una vez que se acaben tus vacaciones vuelvas a la carga con la sensación de que no ha sido suficiente. ¿Necesitas realmente más días de vacaciones o se trata de otra cosa?
Por qué desconectar
“Cuando se acerca el verano las vacaciones se convierten en algo imprescindible, no solo para nuestro cuerpo sino para nuestra mente que necesita liberarse de la rutina del resto del año», según Fernando Botella, CEO de Think&Action, donde nos hablan de la falta de desconexión, la necesidad de las vacaciones y dan unas razones y consejos para ello.
Y es que en esto de “desconectar” solemos incurrir en un error de concepto. Pensamos que nos vamos vacíos, pero no es así. Nos vamos de vacaciones con la cabeza a tope y plenamente “conectados” con el trabajo.
Biológicamente hablando, las vacaciones son imprescindibles. No son un capricho ni un premio, ni siquiera son un derecho laboral. Son absolutamente necesarias para la supervivencia. Sin descanso nuestro cuerpo y nuestra mente colapsan, dejan de funcionar adecuadamente.
Cómo desconectar
- Deja las cosas atadas. En los días previos al arranque de tus vacaciones procura dejar temas zanjados, en la medida de lo posible. Dejar asuntos terminados o, por lo menos, con fases completadas que puedan ser luego fácilmente retomadas, nos brinda sensación de control, y el control nos da satisfacción y nos permite marcharnos más relajados y sin sentimiento de culpa.
- Intenta que las vacaciones sean una colección de momentos compartidos. Con nuevas personas y nuevos lugares. Las vacaciones vividas como un momento social te alejan de la rutina y te hacen experimentar nuevas sensaciones.
- No planifiques. O, al menos, no más de la cuenta. Por supuesto podrás (y deberás) reservar con antelación una noche para ir a ese restaurante al que tantas ganas tienes de ir, o para hacer esa excusión pendiente, pero dejando siempre espacio para la improvisación. Evita que tus vacaciones no se conviertan en un calendario de tareas programadas. Porque para eso, ya está tu trabajo.
- Haz un pacto con la tecnología. Esto no significa jubilar el teléfono móvil durante un mes, significa utilizarlo con sentido común para no pasarnos el día pendientes de él. Un buen método es resérvate un espacio fijo del día (pongamos que entre 10 y 10´15 de la mañana o la franja que mejor te encaje) para consultar esos correos electrónicos personales o de trabajo que no quieres dejar completamente desatendidos.
- Cuida tu salud física y mental. Duerme mucho, come sano, haz deporte… Y lee. Pero no cosas que tengan que ver con tu trabajo, sino sobre temas distintos que te abran la mente y te saquen de lo cotidiano.
- Disfruta de lo sencillo. Es el momento de bajar las expectativas y de poner las cosas en perspectiva. Una puesta de sol, una copa de vino en buena compañía, una novela interesante, una siesta en una hamaca… Disfruta del momento y que cada momento sea importante. Sin prisa. La vida son momentos y en vacaciones más.