El Tribunal Supremo de EEUU ha dictaminado, en una ajustada decisión que ha contado con cinco votos a favor y cuatro en contra, que los gobiernos estatales tienen derecho a exigir a las tiendas ‘online’ el pago de impuestos por las ventas realizadas en su territorio, aunque estos comercios carezcan de presencia física en el mismo, lo que abre la posibilidad de que las administraciones estatales recauden miles de millones de dólares por estas transacciones.
La decisión del Supremo de EEUU revierte la posición legalmente fijada en 1992, que establecía que el Estado solo tiene derecho a exigir el pago de impuestos por ventas a los comercios con una sede física en su territorio, lo que creaba una desventaja competitiva del comercio tradicional respecto de las tiendas ‘online’.
El pronunciamiento del Alto Tribunal se produce a raíz de que el Gobierno de Dakota del Sur aprobara una ley para cobrar un impuesto a las compañías de ‘e-commerce’ por sus ventas en el territorio con el que calcula que podría recaudar más de 50 millones de dólares anuales (43 millones de euros), demandando su pago a las firmas Wayfair, Overstock.com y Newegg, empresas que no cuentan con empleados ni presencia física en el Estado.
«La prevalencia y fuerza de internet ha cambiado las dinámicas de la economía nacional», recoge el texto del dictamen del Tribunal, señalando que la expansión del comercio electrónico ha acentuado el déficit de ingresos de los estados que recaudan impuestos a las ventas.
Asimismo, el Supremo estadounidense considera que el argumento sobre la claridad y facilidad de aplicar la regla sobre la presencia física de los comercios no es sólida, ya que se ha demostrado «impracticable» su aplicación a las ventas ‘online’.