“Nuestro camino es el reformismo continuo, paralelo a la realidad cambiante”, aseguró Juan Rosell, presidente de CEOE, en referencia a la evolución de la organización que preside, de la que destacó que tiene una estructura ágil y actualizada, con presupuestos equilibrados y con una financiación que procede, en su mayoría, de los asociados. “Esa es la dirección correcta”, aseguró con rotundidad. Además, indicó que no hay que tener miedo a las reformas, “en las empresas las hacemos continuamente sin miedos”-añadió-.
Rosell se dirigió de esta forma a los miembros de la Asamblea General Ordinaria celebrada hoy en Madrid. Al referirse a las negociaciones con los sindicatos de cara a un nuevo AENC señaló que “los empresarios no entendemos como las cúpulas sindicales no firman lo que sus bases están haciendo. Demuestran una parálisis preocupante”.
Explicó que los convenios se están firmando sin problemas y más de 5 millones de trabajadores lo han hecho con una media hasta hoy del 1,53%. Entre el 0,5 y el 2% se firman los convenios y representan el 90% del total de trabajadores. Nosotros estamos ofreciendo hasta el 2% más una variable en función de diversos parámetros como resultados, beneficios, absentismo y otros tantos.
El presidente de CEOE repasó ante la Asamblea toda actividad desarrollada por esta organización en el último año y, tras señalar algunos aspectos de la economía mundial, se centró a la economía española, de la que dijo que sigue al alza en cuanto a crecimiento y creación de empleo. “Hemos recuperado -indicó- ya los diez puntos del PIB que perdimos en la crisis, pero no los casi 4 millones de puestos de trabajo perdidos”.
Manifestó que la CEOE prevé un incremento del PIB del 2,8% para este año, “con tendencia incluso a subir varias décimas” y llegar a una tasa de paro cercana al 13,0% en 2019, “camino de un dígito”. Entre los datos positivos de nuestra economía subrayó, igualmente, el incremento de nuestras exportaciones, que llegan a representar el 34% del PIB, y la reducción del endeudamiento privado, de familia y empresas, desde el 216% del PIB en 2010 hasta el 163% en 2017 (más de 50 puntos del PIB). También apuntó que no parece que haya tensiones inflacionistas y que seguiremos teniendo un superávit exterior.
Por el contrario, acerca del sector público criticó el endeudamiento cercano al 100% y el déficit alrededor del 3%, por lo que es necesario “ir camino del equilibrio presupuestario”.
Juan Rosell añadió que los Presupuestos del Estado para 2018 se enmarcan en la política de consolidación presupuestaria, aunque insistió que “los grandes perdedores de los Presupuestos de los últimos años han sido las inversiones, no el gasto corriente, básicamente en infraestructuras, más en I+D+i”.
Expresó que el gran objetivo debe centrarse en reducir el déficit presupuestario y “abordar, entre otras, la reforma de todas las administraciones, desde la local a la autonómica, pasando por la estatal y la europea”.
Reformas de calado
Resaltó que los empresarios piden reformas estratégicas de calado, con visión de medio y largo plazo, que son “fácil de decir y difícil de hacer”. Ente ellas, destacó: mejorar la fiscalidad; avanzar en la exportación y la inversión en el exterior; transformación digital y puesta en marcha del mercado único digital en la Unión Europea; más innovación y recuperar lo perdido en este ámbito, así como más y mejor educación y formación, con un gran pacto entre todos.
Además de la necesaria reforma de las administraciones públicas, subrayó la necesidad de invertir más en infraestructuras y aligerar el gasto corriente. “Se puede y se debe”, apuntó en referencia al ámbito de la inversión. Manifestó también que hay que legislar menos y mejor. “No podemos vivir con 166.000 normas y leyes en vigor y un millón de páginas anuales de boletines. No podemos tener en una misma ciudad normas diferentes para cada distrito. Es ineficaz y una pérdida de competitividad”. Otra reforma consiste en potenciar a la mujer en términos de igualdad.
En materia laboral explicó que la reforma que los empresarios proponen vaya acorde con la realidad. En este sentido, indicó que “en Alemania, en 2009, cayó el PIB 5,7 puntos y el empleo el cero. Se habían hecho legislaciones que preveían el problema. En España nunca hemos sido capaces de hacerlo por culpa de posiciones inmovilistas y conservadoras”. Tras abordar la situación actual de la negociación con sindicatos en materia salarial, puntualizó que la apuesta por la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) propuesta por los empresarios es, por un lado, “una guerra abierta contra la economía sumergida, uno de los principales problemas de la economía” y, por otro, “es una manifestación empresarial de que no queremos salarios bajos y estamos dispuestos a contribuir especialmente en los más bajos”. “Subir salarios no sólo es una cuestión de decencia, sino de inteligencia, especialmente cuando se puede”, dijo Juan Rosell.
Por otra parte, puso en valor la democracia, el respeto a la ley y el vínculo entre estabilidad y liderazgo, enfatizando que “nuestra contribución a la estabilidad ha sido importante porque nunca confundimos moderación con inmovilismo”, para añadir que el paisaje de CEOE es “más prometedor que antes” por la aplicación de reformas.
Román Escolano
Por su parte, Román Escolano, ministro de Economía, Industria y Competitividad, que inauguró la Asamblea de CEOE, señaló que los empresarios son el verdadero motor de la economía y el cambio en nuestro país y los auténticos responsables de la creación de empleo. Anunció, además, un paquete de reformas estructurales y subrayó la importancia del capítulo exportador de las empresas españolas en entornos competitivos