El sector turístico se ha consolidado como el mejor ejemplo de hasta qué punto el mundo digital va a formar parte del día a día de las empresas. Prácticamente nadie concibe hoy ir al aeropuerto a comprar un billete de avión, ni llamar por teléfono para reservar una habitación de hotel, todo se hace a través de la Red, y la fuerza con la que Internet ha arraigado en el sector turístico convierte a la industria de los viajes en el motor del comercio electrónico en Europa.
La era digital está cambiando la forma de hacer negocios de las empresas así como el modo en que la gente consume contenidos, se comunica y accede a los distintos productos y servicios. Gracias a los datos y la tecnología, las innovaciones digitales agitan continuamente los modelos de negocio, productos, servicios y experiencias. La respuesta que una empresa adopte en el corto plazo ante el reto digital tendrá un impacto significativo en su supervivencia.
A raíz de la transformación digital, las organizaciones están viviendo tres tipos de cambios fundamentales: La ampliación de los modelos de negocio tradicionales (pasar de vender productos, por ejemplo, a ofrecer soluciones); la aparición de nuevos tipos de modelos de negocio y una estrategia que debe ir orientada a una mayor satisfacción del cliente, pero con operaciones simplificadas y un incremento de la rentabilidad.
La transformación digital no sólo está redefiniendo los negocios de una industria determinada, sino que también está ampliando las fronteras de todos los sectores. La razón es que para proporcionar servicios digitales eficaces se requiere: (a) pasar de un enfoque centrado en el producto a un enfoque centrado en el ecosistema y (b) una integración constante de las distintas industrias donde coexistan competencia y cooperación. Un fabricante de coches, por ejemplo, además de centrarse en su producto, puede que tenga que colaborar con varios grupos de interés, tales como operadores de telefonía, fabricantes de componentes y compañías de seguros, para crear un vehículo con un ecosistema conectado.
Este mundo digital e inteligente, conectado por los móviles, está provocando que las empresas construyan y se apoyen en una nueva infraestructura tecnológica. Esta “red tecnológica” es donde interaccionan las tecnologías punteras conocidas como SMACi (el acrónimo en inglés de medios Sociales, Movilidad, Análisis de datos, Cloud y el Internet de las Cosas) que ofrecen nuevas capacidades a las empresas en toda la dimensión digital, incluyendo productos y servicios, satisfacción del cliente, operaciones y empleados.
La rápida transformación digital a través de este tipo de tecnologías está creando un mundo conectado, inteligente y móvil. Las empresas utilizan las redes sociales para interactuar con sus clientes y el Internet de las Cosas está abriendo importantes oportunidades al conectarlo todo a través de la Red. En cuanto al desarrollo de aplicaciones, la atención se está alejando del tradicional enfoque estático de “sobremesa” para presentar una mayor movilidad, y el análisis de datos permite a las empresas procesar grandes volúmenes de información para profundizar en conocimientos y orientar las decisiones estratégicas. Por último, la denominada informática en la nube está redefiniendo el modo en que se venden y ofrecen los programas informáticos y los servicios.
La fusión de estos elementos clave está creando una nueva red de transformación digital. Esto implica que todas las tecnologías se integren para ofrecer a los clientes contenidos inmediatos, personalizados y fáciles de entender a través de una experiencia omni-canal, así como, oportunidades comerciales rentables.
El ecosistema digital está modernizando los procesos de negocio, lo que permite a las empresas innovar en su relación con clientes y empleados por igual. La transformación digital ha creado un entorno de negocio cambiante que brinda innumerables oportunidades de acceder a nuevas capacidades que van más allá de las formas tradicionales de hacer negocios. Las tecnologías digitales crearán consumidores más inteligentes, nuevos modelos de negocio, nuevos canales y rutas al mercado y nuevas maneras de trabajar.
En un mundo que cambia deprisa, la agilidad de las organizaciones es un factor de éxito fundamental. Las empresas que quieren ganar en la era digital deben ser capaces de replantearse casi todo aquello que hacen, desde la conceptualización y el diseño del producto hasta su modo de relacionarse con los clientes y de desarrollar e implementar la infraestructura tecnológica que necesiten.