Tanto la calidad como la cantidad de sueño afectan a nuestro trabajo. La creciente aceptación del sueño como la mejor herramienta para mejorar el rendimiento está impulsada por la ciencia. De hecho, estudio tras estudio muestran que, cuando dormimos, ese descanso nos ayuda en la toma de decisiones, la productividad y la creatividad.
De hecho, un metaanálisis de 152 estudios existentes sobre la relación entre el sueño y el trabajo encontró que tanto la cantidad como la calidad del sueño pueden afectar negativamente a la capacidad de una persona para funcionar en el trabajo de manera efectiva.
Mientras que otro informe reciente, publicado en la Revista de Psicología Aplicada, se suma al aumento de los datos que apuntan a que dormir tiene un impacto importante en la productividad de los empleados, la asistencia o no al trabajo, la salud y, en algunos casos, incluso en la seguridad física.
En los últimos años, líderes empresariales como Jeff Bezos de Amazon, Denise Morrison de Campbell Soup o Satya Nadella de Microsoft, han estado haciendo público la conexión del sueño con su éxito.
También ha habido una explosión de conciencia sobre el sueño en el mundo de los deportes. Así, deportistas como el jugador de la NBA, Andre Iguodala, o el de la Super Bowls, Tom Brady, hablan de la conexión del sueño con el rendimiento y los resultados, incluida su capacidad para ganar campeonatos.
Como afirma la fundadora y CEO de Thrive Global, Arianna Huffington: «Este reconocimiento del impacto del sueño en el rendimiento es ahora un fenómeno mundial». Figuras públicas, artistas y celebridades, como las cantantes y actrices Katy Perry y Demi Lovato, comparten cómo los hábitos saludables de sueño las hacen más productivas, más creativas y contribuyen a una vida más satisfactoria.
Pero también podemos aprender mucho de aquellos que no duermen lo que es necesario, como es el caso de líderes, especialmente políticos, cuya negativa a priorizar el sueño ha conducido a un deterioro cognitivo y a la capacidad de tomar decisiones, según estos estudios.
Nuestra relación con la tecnología es una de las grandes culpables, cuando se trata de que no tengamos el sueño que necesitamos. Pero, al mismo tiempo, una nueva cosecha de herramientas tecnológicas nos están ayudando a mejorar nuestra relación con el sueño, con consejos sobre cómo navegar por Internet o sobre nuevas investigaciones sobre la importancia del sueño: en el trabajo, en el hogar, en todos los aspectos de nuestras vidas, etc.
Aunque nos podemos preguntar que, dado todo lo que sabemos sobre cómo las pantallas de ordenador o de teléfonos móviles pueden interrumpir nuestro sueño, ¿cómo puede un enfoque centrado en la tecnología producir soluciones?