La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha instado este miércoles a la Administración de Donald Trump a «evitar una disputa comercial mayor» con la Unión Europea y no imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y del 10% al aluminio, que «dañará las relaciones trasatlánticas» y ha avisado de que el bloque responderá de forma «proporcional y equilibrada».
«Mientras las medidas (en EEUU) no se hayan adoptado, seguimos confiando en que podamos evitar una disputa comercial mayor, que no está en el interés de nadie», ha avisado en rueda de prensa al término de la reunión semanal del Colegio de Comisarios, en la que han discutido las tres líneas de acción que emprenderá la UE para responder si Washington imponer los aranceles de forma que perjudique a la industria europea del acero y aluminio.
«Responderemos si necesario de forma proporcional y equilibrada», ha asegurado Malmström.
Si se materializa la «promesa electoral» de Trump de imponer aranceles al acero y aluminio y la UE no es «excluida» de la medida, la UE enviará el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC), algo que hará «bastante rápido» en «cuanto tenga preparado» su análisis jurídico, ha explicado la comisaria.
El bloque también introducirá «medidas de salvaguardia» en caso de que detecte un aumento «significativo» de las importaciones de acero y aluminio en el mercado europeo por el desvío de productos desde EEUU y aprobará «medidas de reequilibrio», es decir, un arancel a una lista de productos acereros, industriales y agrícolas estadounidense «equivalentes a la pérdida económica» para el sector europeo de la medida estadounidense. Estas medidas necesitarían «unos dos meses» para materializarse.
Malmström ha explicado que la Comisión Europea y los Estados miembro han discutido «una lista provisional» de productos estadounidenses a los que se impondría un arancel, incluido algunos whisky Bourbon, las motos Harley Davidson, los vaqueros Levi`s, que ya avanzó la semana pasada el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, pero también otros como el zumo de naranja, crema de cacahuetes y los arándanos.
«En 2002 hubo un caso similar. Costó miles de empleos americanos también», ha recordado Malmström, que ha confiado en que la Casa Blanca «recapacite» y ha insistido en la necesidad de atajar conjuntamente el «origen» del problema del sector del acero, que está en la «sobreproducción global».
Malmström ha explicado que la lista de productos será hará pública «en breve» a todos los actores interesados, tal y como exigen las normas de la OMC y que todavía puede ser «ajustada».
«Hemos mirado el valor del posible efecto negativo para la economía europea y hemos mirado productos donde hay alternativas para los consumidores europeos», ha explicado, al ser preguntada si los productos estadounidenses elegidos son meramente simbólicos y si cubrirán las pérdidas para el sector del aluminio y el acero, unos 2.800 millones de euros, según fuentes comunitarias, que han confirmado que la UE impondría un arancel equivalente al 25% en los productos estadounidenses afectados.
Además, las medidas se podrían aprobar de golpe o por etapas en función de si la restricción estadounidense es «una medida temporal» o de mayor duración o incluso se podría «retener» la imposición de los aranceles a la espera de ver cómo evoluciona el diálogo con Estados Unidos.
Malmström ha defendido en todo caso que las medidas que contempla la UE son «compatibles» con las normas de la OMC y ha rechazado el argumento de Estados Unidos de que el acero europeo suponga «una amenaza» a su seguridad, dejando claro que se trata de una medida de salvaguardia comercial «encubierta» para proteger a su industria.
«Tenemos serias dudas de que esto sea compatible con la OMC. Esto dañará las relaciones trasatlánticas», ha avisado, admitiendo que será «un golpe muy duro» para la industria del acero y aluminio europea y pondrá en riesgo «miles de empleos europeos».
Pero ha pedido tener «mucho cuidado» con hablar de guerra comercial. «Esto no está en el interés de nadie. Solo hay perdedores con esto», ha avisado.
Al ser preguntada por la amenaza de Trump de gravar los coches europeos si la UE impone aranceles a sus productos, Malmström dejado claro que la industria automovilística europea solo fabrica dos millones de coches en Estados Unidos, la mayoría para su exportación y ha dejado claro que el principal obstáculo en el sector no son los aranceles. «Entre la UE y EEUU no hay aranceles muy elevados», ha recalcado.