En España se viene dando un proceso según el cual cada vez hay más negocios, empleados o clientes que son de otras nacionalidades. Estamos hablando del fenómeno de la multiculturalidad, al que no es ajeno el tejido empresarial de nuestro país.
No solamente los populares restaurantes o bazares chinos, sino que la comunidad latina también ha ido poco a poco abriendo sus comercios, desde locutorios a tiendas de comestibles, siendo también importante el traspaso de bares y otros servicios a manos foráneas, por no hablar de inmobiliarias o de la asistencia sanitaria en poblaciones turísticas o de ‘jubilación dorada’ para otros europeos, sobre todo ingleses y alemanes.
Además, en este fenómeno incide la inmigración, al ser país o paso fronterizo, así como la crisis de población autóctona que experimenta España, con un envejecimiento acelerado, las bajas tasas de natalidad y la gente joven cualificada que busca su porvenir fuera de nuestras fronteras.
Por tanto, resulta conveniente y recomendable lograr una interacción y convivencia entre población nativa y foránea lo más fructífera y mejor posible. En realidad, de lo que se trata es de abrir paso a una cultura común, para lo que es necesaria la comunicación e integración de términos, costumbres, valores, así como también de formas de producir o de negocio.
Según la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural (2001), esta es una fuerza motriz de desarrollo, no sólo en lo que respecta al crecimiento económico, sino como medio de tener una vida intelectual, afectiva, moral y espiritual más enriquecedora. De hecho, se denomina multiculturalismo a una pluralidad cultural que convive armónicamente, así como una parte importante de lo que se conoce como globalización puede entenderse, en buena medida, como un proceso de culturas múltiples interactuando entre sí.
En esta situación, tanto para la pequeña como para la mediana empresa española es importante su capacidad para tomar decisiones en base a la información y al conocimiento de este entorno multicultural, sin por ello perder su identidad y conservando el significado en cada una de sus acciones, pero también respetando la diversidad como soporte para el buen desempeño del negocio o a nivel personal.
Así pues, conviene estar informado sobre la multiculturalidad (infomulticulturalidad) ya que, además de hacer consciente al empresario de este impacto, lo puede capacitar a la hora de tomar decisiones, como por ejemplo sobre tipo de productos, marcas, servicios o contenidos teniendo en cuenta dicha multiculturalidad.
En definitiva, el sector empresarial español debe prepararse y tener en cuenta lo que ya se conoce como Administración de la Diversidad, o manejo proactivo de la multiculturalidad para asegurar un buen resultado en las relaciones con los clientes, empleados, proveedores, inversores o cualquier otro elemento o aspecto derivado de la multiculturalidad, que ya forma parte de nuestro entorno.
