El Departamento de Economía de Foment del Treball ha elaborado un breve informe sobre las consecuencias e impacto de la movilidad empresarial derivada del contexto político en Cataluña. Según apunta, los riesgos son más relevantes en el medio plazo en la medida que se pueda ver limitado el desarrollo de ciertos planes de inversión si el entorno de incertidumbre jurídica persiste. Si este fuera el escenario, la actividad empresarial podría verse afectada con los correspondientes impactos negativos sobre la inversión y el empleo. Muchas empresas tienen costes hundidos que dificultan su movilidad, otras donde estos costes son menores puede generarse un traslado gradual de bienes y servicios producidos en Cataluña hacia las nuevas sedes en las que se han relocalizado. Adicionalmente al efecto hay que añadir un efecto dinámico derivado de la posible exclusión de las nuevas inversiones que puedan producir estas empresas o de multinacionales de otros países.
En este sentido, cabe destacar la corrección a la baja sobre las previsiones de crecimiento económico para España en 2018 por parte del Ministerio de Economía y Hacienda del 2,6% al 2,3%. A la ya prevista desaceleración económica se suma el impacto negativo derivado del contexto de incertidumbre a raíz de la situación política sobre Cataluña. Según la AIReF, organismo independiente que evalúa la política fiscal, el impacto para el conjunto de la economía española del choque de incertidumbre en 2018 se estima entre 0,4 y 1,2 puntos porcentuales de PIB.
La CEOE, por su parte, ha rebajado sus previsiones de crecimiento de la economía española al 3,0% para 2017, frente al 3,2% estimado el pasado mes de julio, y destaca que si perdura la situación de incertidumbre política y económica generada por la crisis de Cataluña, la desaceleración prevista de la actividad y el empleo podría intensificarse en el cuarto trimestre y en 2018. por todo ello, se intensificará la desaceleración de la economía española, y especialmente la catalana.