Está creciendo el número de empresas que dan la espalda a los entornos de trabajo flexibles, y es normal hacer suposiciones de por qué la tendencia ha dado un giro de 180 grados. Algunas posibilidades son que los resultados no alcanzaron las expectativas o que la productividad disminuyó.
Sin embargo, esos supuestos carecerían de base. La razón predominante detrás del cambio tiene poco que ver con los resultados. Según diversos estudios, los directivos o jefes admiten que los trabajadores con flexibilidad no sufren de problemas de productividad. Los profesionales que pueden trabajar fuera de las horas normales de oficina y no tienen que invertir tiempo desplazándose a su lugar de trabajo habitualmente, son más productivos que sus compañeros que van a diario a sus oficinas. Por el contrario, los jefes quieren tener a sus equipos a la vista y están dispuestos a perder algo de eficiencia por los supuestos beneficios podrían producir las conversaciones que tienen lugar en la oficina.
Aprovechar la colaboración
Lógicamente, la creatividad y la innovación reciben un impulso cuando los miembros del equipo tienen la posibilidad de conversar activamente entre ellos, compartir ideas y aprovechar la valiosa confianza que se construye con el tiempo.
Después de todo, es el reconocimiento de esta dinámica la que ha impulsado significativamente el trabajo en equipo. Según una encuesta de Deloitte de 2016, sólo el 38% de las empresas están «funcionalmente» organizadas hoy en día con trabajadores agrupados por tipo de trabajo. En su lugar, la mayoría de las organizaciones más avanzadas se gestionan por medio de grupos de colaboración que cambian dependiendo de los proyectos que estén en marcha.
Para facilitar esta innovación colaborativa, los responsables de las empresas quieren, instintivamente, que los miembros del equipo estén en la oficina por lo menos parte de su tiempo, si no la mayoría de él.
Pero el trabajo flexible tiene muchos matices, por eso hay muchas empresas que permiten cierta flexibilidad laboral, muchas más que hace unos pocos años, pero la mayor parte de dichas empresas no permiten que sus profesionales trabajen desde casa a tiempo completo.
No se trata de todo o nada
Un ambiente de trabajo flexible no tiene que ser estricto para obtener beneficios. Por ejemplo, un acuerdo que requiere que los empleados pasen tres días (de martes a jueves) en la oficina con el lunes y el viernes siendo días de teletrabajo, ofrece a ambas partes lo que desean. Los empleados tienen cierta flexibilidad y evitan los días y horarios de traslados más complicados, y sus superiores tienen la satisfacción de ver físicamente a sus empleados.
Además, los equipos exitosos no triunfan porque están sentados en el mismo espacio. Los equipos triunfan porque las personas construyen relaciones de confianza entre sí. Y la confianza no tiene que ser el resultado de sentarse hombro con hombro con un compañero de equipo. La mayor diferencia está en el tipo de confianza que los miembros del equipo fomentan entre sí.
En un equipo que colabora virtualmente, la confianza se crea en base a las acciones. La confianza surge de acuerdo a cómo los miembros del equipo cumplen. Si experimento que mi compañero de equipo, al que puede que nunca haya conocido en persona, contribuye eficazmente en las reuniones, hace bien su trabajo y cumple sus compromisos como debe, empiezo a confiar en esta persona. De hecho, esta confianza basada en la acción puede ser vista como más real, o más relevante para el trabajo, que una confianza basada en la relación.
Los equipos tienen la capacidad de construir, innovar, colaborar y crear confianza trabajando desde cualquier lugar siempre y cuando estén debidamente equipados con las herramientas adecuadas. En concreto, el acceso a la tecnología de videoconferencia facilita a los miembros del equipo tener interacciones más naturales, cara a cara, para hacer que la colaboración funcione. Además, el acceso a estas herramientas de colaboración puede suponer también el ahorro de costes para las empresas.
Mantener al equipo unido
Abandonar los planes de trabajo flexible, podría suponer cometer un grave error. No olvidemos que según algunos expertos, los tres beneficios principales del trabajo flexible son:
- Mejora de la contratación y retención (fidelización).
- Mayor conciliación y equilibrio entre el trabajo y la vida familiar.
- Aumento de la productividad.
Además, sabemos que los millennials clasificaron tanto el trabajo flexible como el equilibrio entre la vida laboral y la vida privada como factores clave a la hora de elegir una empresa en la que trabajar.
En resumen, el trabajo flexible, a distintos niveles, se ha convertido en un gran beneficio de la vida laboral y no cubrir esa necesidad puede provocar que algunas empresas vean a sus mejores profesionales buscando nuevas oportunidades laborales.