Teletrabajo

Guía de supervivencia para trabajar desde casa

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Actualizado 04 | 07 | 2019 07:00

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Trabajar desde casa es el sueño de muchos empleados: no tener que perder tiempo yendo y viniendo a la oficina, no tener jefes o compañeros molestos alrededor, poder manejar los horarios y la flexibilidad, y hasta trabajar en pijama pueden parecer grandes ventajas a la hora de evaluar las condiciones laborales.

Sin embargo, trabajar desde casa no es para todos, ya que es difícil sentarse a cumplir con un horario o un objetivo cuando no existe una presión física externa y la motivación depende exclusivamente de uno mismo.

Esta breve guía de supervivencia te ayudará a mantener tu productividad al máximo cuando estés trabajando desde casa:

Crea una rutina

Este es el principal punto a considerar a la hora de trabajar desde casa: si bien la flexibilidad es mayor y puedes organizar tu día más fácilmente, es importante acatarse a una mínima rutina diaria.

Levantarse cada día a la misma hora y cumplir con una pequeña rutina antes de empezar a trabajar (ducharse, vestirse, hacer la cama, desayunar, incluso salir a caminar) puede ayudarte a ganar energía y mentalizarte positivamente para comenzar la jornada laboral.

Pon límites

Sólo por el hecho de no trabajar en una oficina, mucha gente de tu entorno más cercano considerará que estás siempre disponible, enviándote mensajes y llamándote a cualquier hora.

Para evitar esto, explícales que durante el día estás trabajando -aunque estés en casa- y que las llamadas que pueden esperar es mejor recibirlas después de finalizada tu jornada laboral.

Cambia de aire

Es fácil agobiarse cuando se come, se duerme, se vive y se trabaja en el mismo espacio, ya que puede volverse horriblemente fácil no salir de la casa en un par de días. Para combatir esto, cambia de aires cada vez que puedas: trabaja desde un café o una biblioteca al menos dos o tres veces por semana.

Este cambio de espacio es absolutamente vital, y te sorprenderá el efecto que tendrá en tu mente y en tu productividad.

Apaga el ordenador

Una vez que termines el trabajo de la jornada, apaga el ordenador y no lo enciendas hasta el día siguiente. Si tienes una habitación transformada en oficina, cierra la puerta y no entres hasta volver a comenzar a trabajar la mañana siguiente. Esto evitará que sientas la tentación de “echar un vistazo” al trabajo durante tus momentos personales.

Tu casa es tu santuario y para mantener un equilibrio saludable necesitas establecer límites claros entre el punto en el que termina tu trabajo y comienza tu vida.

Toma descansos

Si encuentras que te está siendo difícil mantener la atención, toma un descanso de 10 minutos. Una de las grandes ventajas del trabajo desde casa es que puedes trabajar a tu propio ritmo y según más te convenga.

Así como en la oficina te tomas 10 minutos para charlar con tus compañeros, una hora para la comida y otra media para un café, tómate descansos para reponer energía y capacidad de concentración. Pon una alarma si tienes miedo de que se tus descansos de 10 minutos se transformen en 2 horas sin que te des cuenta.

Ejercítate

Cuando no tienes que ni salir de casa para trabajar, disminuyes aún más la actividad física del día. Para poder mantener la mente clara y trabajar de modo eficaz, es necesario que le des a tu cuerpo ejercicios de cardio al menos 3 veces por semana.

Si no tienes voluntad para salir por tu cuenta, contrata un entrenador personal que decida por ti y te monte una rutina acorde a tu estado físico y a las horas que pasas sentado frente al ordenador.


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