Más de la mitad (57%) considera que el Brexit acelerará una Europa a dos velocidades.
Aunque las negociaciones oficiales del Brexit ya han comenzado, justo un año después del referéndum, los empresarios españoles se muestran poco confiados en que el gobierno británico y la Unión Europea consigan alcanzar un buen acuerdo. De hecho, sólo 4 de cada 10 directivos en España creen que la negociación acabará con un pacto comercial beneficioso para ambas partes. Y un 34% alberga poca o ninguna confianza en que las negociaciones lleguen a buen puerto, según los datos principales del nuevo informe El Futuro de Europa 2017, elaborado por Grant Thornton.
El estudio, basado en una encuesta a más de 2.500 directivos de 28 economías, 400 de ellos en España, muestra que los empresarios alemanes confían más (45%) que los británicos (39%) en que la negociación comercial sea satisfactoria, mientras que los encuestados franceses (26%) y los irlandeses (24%) son los menos entusiasmados ante la posibilidad de que el Brexit acabe de forma positiva para las dos partes que comenzaron a negociar el pasado lunes en Bruselas. En conjunto, los directivos europeos se muestran ambivalentes en torno a las negociaciones, con un 31% muy escéptico y un 37% confiado. Más de la cuarta parte (26%) no se muestra confiado ni desconfiado y un 6% no sabe qué contestar.
Sin embargo, aunque las empresas españolas y europeas se muestran preocupadas por los efectos a medio plazo de las negociaciones, sigue existiendo un apoyo unánime y continuado en nuestro país al proyecto europeo en sí. Un contundente 97% de los encuestados desea permanecer dentro de la zona euro, mientras que tan sólo un 1,9% querría abandonarla. Unas cifras similares a la media europea, con un 92% de directivos convencidos por el proyecto europeo frente a un 4,2% que abogarían por un abandono de su país de la zona euro.
Los empresarios no temen el Brexit
Los principales datos que arroja la encuesta dejan claro, sin embargo, que los líderes empresariales europeos ya no temen al Brexit ni creen que sea una amenaza existencial para la Unión Europea. Sólo 1 de cada 10 considera que derivará en una disolución del proyecto europeo. Aunque la mayor parte de directivos encuestados sí esperan otros efectos. Como, por ejemplo, que el proceso acelere un modelo de Europa a dos velocidades; un 38% de empresarios europeos así lo creen, una opinión que sostiene el 40% de empresarios británicos, el 42% de alemanes y que se dispara hasta el 57% entre los directivos españoles. En contraste, sólo un 18% de empresarios españoles creen que el Brexit reforzará la unión entre los miembros restantes del club europeo.
“El inicio de las negociaciones del Brexit coincide con el nivel de confianza empresarial más alto de nuestra encuesta de los dos últimos años, un 43%. En este clima favorable de progresiva solidez económica, los directivos europeos están deshaciéndose de la incertidumbre que generó al principio el Brexit y, de hecho, desearían que la Unión aprovechase el proceso para dar pasos adelante”, según el análisis de Alejandro Martínez Borrell, presidente de Grant Thornton.
Más integración económica frente a la política
Preguntados por si prefieren más economía o más política, los empresarios españoles lo tienen claro. Un 62% apuesta por aumentar la integración económica frente a un 28% que quiere más integración política y un 10% que no quiere más integración europea de ningún tipo. Estas cifras son muy parecidas a la media de la Eurozona, que apostaría en un 63% por la integración económica frente a un 44% que prefiere integración política. Incluso los empresarios del Reino Unido, país en pleno proceso de abandono, apostarían en un 55% por más cooperación económica frente a un 19% que prefiere más integración política o un 22% que no desearía ninguna fórmula adicional de convergencia con Europa.
Según Alejandro Martínez Borrell, “estas preferencias ponen de relieve la necesidad de aplicar reformas más profundas en la Unión Europea, un mandato que el propio presidente Macron parece haber hecho suyo con su idea de un nuevo ‘renacimiento europeo’, que incluiría además una medida estrella de integración económica como es la adopción de un presupuesto común en la zona euro. Aunque en lo que se refiere a la cooperación política, Francia puede que cuente con importantes divergencias con respecto al otro miembro clave de la región, Alemania”.
El crecimiento lento y los populismos, nuevas amenazas
Junto al Brexit, la Unión Europea afronta otros problemas, algunos más preocupantes que otros para sus empresarios. El principal, apuntado por un 20,5% de directivos en toda Europa, es el bajo nivel de crecimiento que experimenta la zona euro, aunque este dato ha caído significativamente desde el 24,8% registrado en 2016. En España, este problema preocupa a un 29,8% de empresarios; junto al elevado desempleo (24%) y los altos niveles de endeudamiento del país (21,2%).
Por otro lado, el aumento de los partidos de corte populista es un elemento que preocupa más que antes. Irlanda (44%), Alemania (32%), Finlandia (28%) y Países Bajos (26%) se muestran especialmente preocupados por el ascenso de los nacionalismos, mientras que en España este factor lo apuntan un 16% de empresarios.
“Si analizamos el entorno geopolítico en su conjunto, y tras la reciente derrota de Marine Le Pen en Francia, la extrema derecha puede que aún no haya alcanzado el poder en Europa, pero los populismos sin duda han echado raíces. Además, muchas empresas reconocen la amenaza que ahora constituye la oleada de proteccionismo que podría minar el comercio, los flujos de capitales y los movimientos migratorios. Los países atraviesan un contexto de profundos cambios políticos y los países que podrían verse más afectados si las negociaciones del Brexit no prosperan se muestran especialmente preocupados”, según apunta Álvaro Sanmartín, Jefe Económico de Grant Thornton y asesor del Fondo Alinea Global.
A favor de un tipo único para el impuesto de sociedades
Por último, el nuevo informe sobre la Unión Europea de Grant Thornton apunta que una mayoría de empresas europeas (53%) apoyaría la implantación de un tipo único europeo del impuesto sobre sociedades. El estudio muestra que el apoyo es especialmente fuerte entre los directivos de España (66%), Italia (70%), Francia (64%) y Grecia (62%), países en donde los tipos impositivos son superiores a la media europea.
Sin embargo, otras empresas encuestadas tienen muy claro que cada país debe establecer su propio tipo impositivo. Sirva como ejemplo que sólo el 6% de las empresas de Irlanda, el 10% de Estonia, el 28% de Países Bajos y el 30% de Lituania respaldarían la idea de un régimen tributario común en la UE. Lo que se relaciona con los bajos tipos impositivos que existen en estos países.
“Los recortes en el impuesto de sociedades están de moda entre los políticos como fórmula para reactivar la demanda y estimular la inversión. Una de las grandes promesas económicas del presidente Trump es recortar el tipo impositivo hasta el 15%, así que no sorprende que en los países de la zona euro donde el impuesto es bajo, la mayoría de empresas no vea con buenos ojos las iniciativas de homogenización tributaria en la Unión Europea. Quieren ser capaces de competir con la mayor economía del mundo”, apunta Álvaro Sanmartín.
Por su parte, los altos directivos de la zona euro en donde los tipos del impuesto de sociedades son elevados desean que exista un entorno más simétrico. “Las excepciones son Alemania y Malta, en donde los tipos son elevados, pero la mayoría de empresas preferiría que cada país fijara el suyo. Esto podría deberse a que ambos países disfrutan de importantes ventajas competitivas: Alemania sigue siendo la fuerza dominante en Europa, con un optimismo empresarial que alcanza cotas del 72% y Malta va camino de convertirse en la economía que más crece este año”, finaliza Álvaro Sanmartín, Jefe Económico de Grant Thornton y Asesor del Fondo Alinea Global.