¿Voy a ser capaz de sacar adelante mi negocio? ¿Aguantará la caja hasta final de mes? ¿Cómo voy gestionar los ingresos y los gastos? ¿Y los clientes?
Son preguntas que en numerosas ocasiones se convierten en verdaderos quebraderos de cabeza y en situaciones de incertidumbre para un emprendedor.
Ante la decisión de crear una empresa, el principal reto es ser solvente en todos los aspectos, es decir alcanzar la viabilidad económica. Uno de ellos es la contabilidad. Si la gestión del pago a proveedores, las nóminas, la declaración de la renta y el IVA se hacen a la vieja usanza con el lugar de trabajo lleno de apuntes, recibos, facturas y montañas de papel, sin una mínima organización y sin espacio para la creatividad, entonces el camino no es el correcto.
Si por el contrario, el emprendedor es capaz de que esa gestión no ocupe todo su tiempo y no sea una pesadilla, significará que está dando pasos seguros hacia esa solvencia.
Una buena forma de comenzar con la digitalización de una empresa pasa por utilizar los pagos electrónicos
Esta segunda opción se basa en el concepto de la modernización; en olvidarse de los recibos y los tickets y hacer que la contabilidad sea lo más cómoda y sencilla posible. Esto se puede conseguir reemplazando los antiguos métodos de pago por las ventajas que ofrece pagar los gastos diarios con una tarjeta de empresa, pero siempre separándola de la cuenta personal para evitar sustos a final de mes.
A día de hoy, pagar con tarjeta de empresa supone una tranquilidad por diferentes motivos. Entre otros, comprobar que el dinero de caja no descuadra a final de mes, que los recibos están todos agrupados y colocados cronológicamente en la página web del banco o en la app del mismo, que no se ha perdido ningún recibo, que los pagos están al día y que cuando acaba la jornada laboral, no hay necesidad de invertir más tiempo en colocar esa pila de papeles a la que se mira de reojo.
¿Qué posibilidades me ofrece el pago con tarjeta en el día a día de mi empresa?
Lo primero, y es algo en lo que ya hemos hecho hincapié, es el mayor control de nuestras cuentas. Se trata de una herramienta efectiva para gestionar el flujo de caja y de facilitar el pago de impuestos rutinarios como el IVA. Todos los movimientos quedarán apuntados en el mismo sitio y además, se evitará volverse loco con tanto papel.
La comodidad y la tranquilidad son los otros principales motivos –y no menos importantes— para dar el salto a los pagos con tarjeta de empresa: en hacer un pedido a algún proveedor, en pagar una comida de empresa o, incluso, en reservar un billete de tren o de avión. Utilizar la tarjeta de empresa ofrece la posibilidad de pagar en cualquier momento y a cualquier lugar del mundo en pocos segundos sin la preocupación de tener que comprobar si ha llegado o no al destinatario.
El sello de calidad Verified by Visa ofrece la tranquilidad de saber que nuestro dinero llega a buenas manos
La seguridad en internet es un tema que también preocupa seriamente. Para evitar problemas, es importante confiar en métodos de pago que proporcionen al empresario inmediatez y protección como lo hace el sello de calidad “Verified by Visa”.
Una vez tomada la decisión de digitalizar la empresa, el siguiente paso será acudir al banco y solicitar la tarjeta que más se ajuste a las necesidades de ese momento. Una vez recibida la tarjeta de empresa, el tiempo dedicado a la contabilidad se reducirá y permitirá que podamos empezar a disfrutar, de una vez por todas, de nuestro tiempo libre.
