¿Te acuerdas cuándo te entretenías con los juegos de construcción?
Lo hemos hecho todos: tenían piezas de diferentes tamaños, formas y colores, las ibas ensamblando y cuando terminabas ya no tenías piezas sino la casa, el tren o la “figura abstracta” que era lo que más hacíamos (queriendo o sin querer….).
Con la contabilidad pasa algo parecido: cada apunte contable es el equivalente a las piezas del juego de construcción y una vez que se unen todos se obtiene un resultado que es totalmente independiente de las piezas que lo forman.
Porque durante el ejercicio se han ido contabilizando todas las operaciones que se han ido realizando (compras, ventas, gastos, inversiones, cobros, pagos, etc.) y toda esa información que se ha ido registrando da lugar a los balances de la entidad: Balance de Situación y Cuenta de Pérdidas y Ganancias.
Como ves, los balances son el resultado de la mecanización contable y reflejan la situación económica y financiera de la empresa.
Ofrecen una especie de “fotografía” del estado de la entidad y muestran, por lo tanto, el “estado de salud” de la empresa.
Para saber cuál es el de tu empresa, en este artículo te voy a mostrar 3 datos en los que fijarte.
Pero antes de empezar llamo tu atención sobe 2 puntos:
1. La parte de la contabilidad que analiza los balances mediante una serie de ratios se llama “Análisis de Balances”
Es una materia bastante técnica y este artículo no va en esa línea, sino que lo que pretendo con él es darte unas pautas sencillas y muy básicas para que aunque no tengas conocimientos de contabilidad puedas obtener información bastante interesante de unos balances.
2. Ten en cuenta que todas las sociedades están obligadas a depositar sus Cuentas Anuales en el Registro Mercantil
Y que como el Registro es público cualquiera puede acceder a ellas. Esto significa que tú también puedes ver los balances de cualquier entidad que te interese, porque sea tu competencia o porque quieras analizar un sector antes de entrar en él, por ejemplo….
Para esto también te pude ser de utilidad este artículo.
3 datos en los que debes fijarte para conocer la salud de tu empresa
1. Patrimonio Neto
El balance de situación refleja lo que “tiene” la empresa y “como lo ha obtenido”, que ha podido ser bien con sus propios recursos o bien con financiación ajena.
Tiene, por lo tanto, tres partes:
- Activo: está formado por todos sus bienes y derechos: maquinaria, mercancía, dinero, cantidades pendientes de cobro, inversiones, ….
- Patrimonio Neto: son los recursos propios de la empresa: aportaciones de los socios, beneficios no distribuidos, resultados de otros ejercicios y del actual,….
- Pasivo: engloba todas las deudas de la entidad.
Y en contabilidad siempre, siempre, se cumple la siguiente ecuación:
Activo = Patrimonio Neto + Pasivo
Pero ¿cuál es el valor de la empresa? Por lógica, su valor será lo que tiene menos lo que debe, y ese importe coincide con el Patrimonio Neto, porque partiendo de la ecuación anterior:
Activo – Pasivo = Patrimonio Neto
Lo verás claro con el siguiente ejemplo:
La empresa “T” presenta el siguiente balance de situación (resumido):
Si decide cerrar tendrá que vender los bienes (por los que obtendrá 80.000 euros) y pagar todas las deudas (50.000 euros) por lo que lo que realmente “vale” es 30.000 euros.
¿Qué indica, por lo tanto, el importe del patrimonio neto? El valor de la empresa, lo que quedaría después de liquidar lo que tiene y saldar las deudas.
Por lo tanto, mientras mayor sea el importe del patrimonio neto, más saneada estará una entidad.
¿Cuál crees tú que presenta mejores datos de las dos siguientes?
Estarás de acuerdo conmigo en que la “B” ¿verdad?
El valor del activo es el mismo, pero no es lo mismo financiarlo en su mayoría con fondos propios que hacerlo con recursos ajenos que hay que devolver.
2. Fondo de maniobra
No te asustes. Esta expresión te puede sonar bastante extraña pero hace referencia a un dato que cualquiera puede entender fácilmente:
Es la capacidad que tiene la empresa para hacer frente al pago de sus deudas que vencen a corto plazo (antes de un año).
Y su cálculo se hace muy fácilmente aplicando la lógica, porque viene dado, tecnicismos aparte, por la diferencia entre la parte del activo que está formada por el dinero y todo aquello que la empresa “puede hacer dinero” a corto plazo.
Es lo que se llama Activo Circulante (dinero, mercancía, cantidades pendientes de cobro a corto plazo, inversiones financieras a corto plazo,….)
La parte de las deudas que vencen a corto plazo (menos de un año), que es el Pasivo Corriente.
El valor adecuado de este fondo de maniobra dependerá de las características propias del sector al que pertenezca la empresa.
Lo ideal es que sea lo suficientemente holgado como para evitar tensiones de liquidez pero sin llegar a ser tan grande que suponga una mala gestión de los recursos.
Para conocer su importe en un balance de situación sólo tienes que restar las dos partidas que te he comentado:
Fondo de maniobra = Activo circulante – Pasivo corriente
3. Resultado del ejercicio
Lo he puesto en último lugar pero no porque sea poco importante, como te podrás imaginar, sino porque tal vez sea el dato más obvio.
Es evidente que una empresa tiene que dar beneficios para poder ser rentable, y será su fortaleza (el valor de su patrimonio neto) la que determinará el tiempo que podrá subsistir si su actividad arroja pérdidas.
La cuenta de pérdidas y ganancias es la que muestra (como su nombre indica) el beneficio o la pérdida del ejercicio, y muestra los ingresos y gastos que han tenido lugar agrupados en diferentes partidas.
Como ves, con estas tres notas vas a poder tener una idea de la salud de tu empresa y aunque no tengas conocimientos de contabilidad te será muy fácil hacerlo siguiendo las pautas de este artículo.