Nueve provincias españolas albergan el 71,1% de la población ocupada en sectores de las Tecnologías de la Información y la Comunicaciones (TIC) y reúnen el 60,5% de la concesión de patentes en España.
El estudio elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE detalla que Álava, Barcelona, Cádiz, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vizcaya y Zaragoza presentan un mejor un comportamiento en relación a indicadores de la economía del conocimiento y son las además las provincias donde más peso tiene la población ocupada en actividades de elevada cualificación respecto a la población total (54,5%).
BBVA y IVIE explican que estas nueve provincias son además donde mayor es la importancia relativa de las aglomeraciones urbanas de elevada densidad, que comprende aquellas con una densidad mínima de 1.500 habitantes por km2 y un umbral mínimo de población de 50.000 habitantes.
El estudio concluye que la presencia de importantes áreas urbanas de gran densidad genera en España economías de aglomeración que ejercen una «influencia notable» sobre la actividad económica y contribuyen a crear un entorno favorable al desarrollo de la economía del conocimiento.
«Las empresas y los trabajadores alcanzan niveles más elevados de productividad allí donde las aglomeraciones urbanas son más densas y de mayor dimensión, y también es en estas zonas donde suele concentrarse la mayor parte de la actividad innovadora que se lleva a cabo en un país», subraya.
En este sentido, remarca que las provincias y autonomías donde la población residente en ese tipo de áreas pesa más en la población total cuentan con un «factor diferencial favorable» a la potenciación de la economía del conocimiento y al desarrollo económico, que se añade a otros aspectos de entorno también relevantes como la dotación de capital humano, las infraestructuras físicas y las características del tejido empresarial.
«Ese factor diferencial de que gozan las grandes aglomeraciones urbanas se basa en la elevada densidad de interacciones entre los agentes económicos que tienen lugar en ellas y que favorece la transmisión de nuevas ideas y de conocimientos, así como en su capacidad para lograr un mejor ajuste entre las cualificaciones demandadas y ofertadas en el mercado de trabajo, y en su potencial para atraer a profesionales altamente cualificados», incide.
Asimismo, añade que la amplitud local del mercado de trabajo y de consumo permite asimismo el desarrollo progresivo de funciones de orden superior en aspectos como la administración, las finanzas, la educación,
la sanidad, la cultura y las comunicaciones, que acaban reforzando su atractivo para la localización de empresas, y favoreciendo su crecimiento demográfico.
En este contexto, apunta que tres políticas que pueden ayudar a las aglomeraciones urbanas españolas a alcanzar la dimensión crítica necesaria para avanzar hacia la economía del conocimiento son la mejora en accesibilidad en el interior de cada gran área urbana y entre las distintas áreas urbanas, el esfuerzo en innovación de los agentes públicos y privados y las mejoras en la cualificación de la fuerza de trabajo.