El Banco de España cifra en 4 puntos del PIB el gasto en pensiones en 2035 con las actuales proyecciones demográficas.
El Banco de España propone destopar salarios, impulsar un sistema de cuentas nocionales de contribución definida y excluir las pensiones de viudedad y orfandad del sistema contributivo como alternativas para reducir el gasto e incrementar los ingresos actuales del sistema de pensiones.
Así lo ha señalado el director general de Economía y Estadística del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, en las III Jornadas Profesionales de Economía, organizadas por el Colegio de Economistas en Albacete.
En concreto, para aminorar el gasto, el Banco de España también ha resaltado la importancia de que haya equilibrio entre la reducción de la pensión inicial y posteriores caídas reales, que se mejore la contributividad, se revise el papel que se otorga a la edad legal de jubilación y fomentar el ahorro para el retiro laboral.
Para incrementar los ingresos, la institución también opta, además de por eliminar los topes salariales máximos y de excluir las pensiones de viudedad y orfandad, por incrementar las cotizaciones sociales, limitar las bonificaciones y exenciones a las cotizaciones y por recurrir a los impuestos directos e indirectos.
El Banco de España cree que también es importante mantener un mecanismo automático que garantice el equilibrio financiero, mejorar la transparencia del sistema y afrontar los retos del envejecimiento de la población teniendo en cuenta la necesidad que tiene España de retomar la senda de consolidación fiscal y de seguir avanzando en las reformas estructurales que mejoren el empleo y la productividad.
Asimismo, calcula que con las últimas proyecciones demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto en pensiones en 2035 aumentaría en cuatro puntos del PIB, y en 11,6 puntos en 2060.
No obstante, prevé que si la tasa de empleo en 2060 se sitúa entre el 60% y el 80%, el gasto en pensiones se reduciría entre 1,5 y 6,7 puntos porcentuales del PIB.
Hernández de Cos considera que, teniendo en cuenta la reforma del sistema de pensiones de 2013, el único mecanismo de ajuste para asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones, en ausencia de otros recursos adicionales, es una caída significativa de la tasa de sustitución.
En concreto, la caída de la tasa de sustitución se produciría, según Hernández de Cos, por el factor de sostenibilidad, que reduciría la pensión inicial de los nuevos jubilados, y por el índice de revalorización, que implicaría una disminución del poder adquisitivo de las pensiones mientras no se restaure el equilibrio financiero del sistema.
El gasto en pensiones contributivas creció desde el 7,6% del PIB en 2008 hasta el 10,7% en 2015. El menor empleo, la mayor tasa de dependencia y el crecimiento de la pensión media sobre el salario medio explican este aumento, según la institución.
Las cuentas de la Seguridad Social registraron déficits crecientes a partir del año 2011 hasta alcanzar el 1,5% del PIB en el año 2015. Además, la dotación del fondo de reserva ha caído un 75% desde el máximo alcanzado en 2011, situándose a finales de 2016 cerca del 1,5 del PIB.