Las expectativas económicas de los españoles empeoraron ligeramente en el primer trimestre del año aunque permanecieron optimistas, al situarse en 23 puntos según desvela el estudio GfK Clima de Consumo para Europa.
En concreto, España baja dos puntos respecto al cuarto trimestre de 2016, y se sitúa en la cuarta posición entre los 16 países analizados, solo por detrás de República Checa (37), Países Bajos (32) y Portugal (29). A pesar de la leve bajada respecto al trimestre anterior, el estudio destaca que la evolución de España «sigue siendo optimista y no sufre variaciones significativas en los primeros meses del año».
No obstante, explica que se confirma la diferencia que existe entre la confianza de la población en los datos macroeconómicos de España y el todavía reticente optimismo en los ingresos y gastos de los hogares.
En el caso de España, los factores que pueden influir en el optimismo respecto a la economía local son la actual estabilidad política, las cada vez mejores previsiones sobre el PIB, el impulso en las exportaciones, el aumento de la actividad industrial o las alentadoras perspectivas del turismo. Sin embargo, parece que esta percepción favorable a escala nacional «no llega aún al día a día de los ciudadanos», señala el estudio.
De forma similar se comporta el indicador de expectativas de ingresos, que en el primer trimestre se mantuvo en valores positivos (11 puntos), aunque registró una bajada de cinco puntos.
Además, España ocupa los últimos lugares en disposición a comprar (-4 puntos), y es uno de los cuatro países que se encuentran en valores negativos junto con Italia (-2 puntos), Portugal (-10 puntos) y Grecia (-45 puntos). En cualquier caso, España mejora dos puntos respecto al trimestre anterior en este indicador.
Con estos datos, el estudio concluye que las expectativas de gasto en España se muestran «estables», con una muy «leve tendencia» hacia la mejora, algo que deberá confirmarse los próximos meses. En todo caso, el comportamiento de este indicador los últimos años ha mostrado pequeñas variaciones, similares a la registrada este trimestre.
«No hay indicios de que el consumo vaya a mostrar grandes variaciones a corto plazo, a pesar de las mejoras en las cifras de empleo y las demandadas subidas salariales por parte de actores económicos», señala.
El informe muestra que la brecha entre la percepción de mejora en la economía del país y la de los hogares se ha reducido y se sitúa en los 27 puntos.
En cuanto al resto de Europa, el clima de incertidumbre política en distintos países que este año se enfrentan a elecciones, el proceso de salida de Reino Unido de la UE, la nueva Administración estdadounidense, los últimos atentados terroristas en Europa y la guerra en Siria, han podido afectar levemente al optimismo de la población.
EXPECTATIVAS POSITIVAS EN EUROPA
A pesar de que en 12 de los 16 países analizados se observan expectativas económicas con valores positivos y superiores a los 11 puntos, también se registra una tendencia hacia la baja en 9 de estos países, aunque se trata en la mayoría de los casos de variaciones leves, entre uno y nueve puntos. Las únicas excepciones son Grecia e Italia, que caen 17 y 15 puntos, respectivamente.
De esta forma, Países Bajos (+32), España (+23), Polonia (+22), Rumanía y Alemania (+18) son los países con mejores expectativas económicas, frente a Italia (-53), Grecia (-51) y Reino Unido (-13), que finalizaron el primer trimestre con la confianza en su economía en valores negativos.
Por último, en relación a la disposición a comprar, al igual que pasa con el resto de indicadores este trimestre, hay una tendencia a la baja general, ya que en la mitad de los países su intención de gasto ha descendido. Eso sí, estos retrocesos no han superado los 9 puntos en la mayoría de los casos y sólo cuatro países están en negativo.
