Según el ‘Informe Anual de Fraude Corporativo 2016’, publicado por la consultoría Winterman.
El estudio, realizado con base en más de 3.400 casos, muestra que el 67% de los casos de fraude empresarial investigados son de carácter interno, aquellos cometidos por personal de la misma empresa, por empresas proveedoras y/o subcontratadas.
El director general de Winterman, Enric Vilamajó, explica que el aumento del fraude se debe a diversas causas, como la crisis económica, la baja percepción del riesgo y la «poca contundencia» de las víctimas a la hora de denunciar.
La tipología de fraude que más ha aumentado, casi un 60% con respecto a 2015, es la relacionada con la fuga de información de carácter confidencial. Además, cerca del 80% de este tipo de fraudes son cometidos por personal con acceso autorizado a los datos.
La percepción del valor de la información ha crecido exponencialmente en los últimos años y por este motivo se ha convertido en uno de los activos más atacados, señala el informe.
«Actualmente existe una falta de control interno de los datos en las empresas debido a la baja percepción del fraude como riesgo potencial y a la creencia de que el daño que se puede generar no puede llegar a ser significativo. Dos errores graves para los empresarios que quieran evitar este tipo de delitos», advierte Vilamajó.
EL FRAUDE A LAS ASEGURADORAS CRECE UN 10,8%
De igual forma, el fraude financiero ha aumentado casi un 30% en comparación con los resultados de 2015 y se han superado los 2.350 casos investigados, entre los que destacan el blanqueo y la evasión de capitales, los fraudes con tarjetas de crédito y los fraudes en transacciones de comercio electrónico.
La consultora también ha detectado que los fraudes a las compañías aseguradoras han incrementado un 10,8% en diversas modalidades, como reclamaciones fraudulentas por siniestros o robos, fraudes en el momento de contratar la póliza, reclamaciones de accidentes no producidos y reclamaciones de indemnizaciones por decesos no producidos.
COSTE DE 2.000 MILLONES EN ABSENTISMO LABORAL
«El sensible repunte de la actividad empresarial fomenta una sensación de estabilidad que ha generado un incremento de casos de absentismo laboral y supone un importante impacto económico para las empresas españolas», añade Vilamajó.
El estudio señala que el 30% de las bajas son fingidas o exageradas para no acudir a trabajar y cifra el coste del absentismo fraudulento en casi 2.000 millones de euros que deben asumir las empresas.